Hace unos días (para ser exacta, tres), me animé a ver la película The Autopsy of Jane Doe, del director y guionista noruego André Øvredal, quien casi no ha incursionado en la Cultura Pop Hollywoodense, empero podría considerarse ahora como una gran promesa para dicha área debido a la película anteriormente mencionada. Antes del comentario de Stephen King (The Shining, Cujo, Christine, Carrie…) sobre la película, y viendo el rating que IMDB le había dado, debo mencionar que estaba confundida sobre si verla o no, debido a que el terror en la actualidad quiere retomar algunos tintes gore con el fin de llamar la atención de nosotros, fieles seguidores y/o cinéfilos de gustos —en realidad no— tan excéntricos. Además, las películas de terror actualmente corren peligro de sobre-utilizar recursos y mostrarnos una historia exagerada, sobrepensada y/o pobre; hay que seleccionar bien aquellas que se salvan y que, posteriormente, se convierten en películas altamente recomendadas.
De entrada, la película cuenta con las actuaciones de Emile Hirsch (Meteoro, 2008), Brian Cox (a quien quizás ubiquen mejor como el padre de Ethan en Penny Dreadful, 2016), Michael McElhatton (quien actuara como Roose Bolton en Game of Thrones, 2012-2016) y Ophelia Lovibond (Guardians of the Galaxy, 2014). Además, Olwen Kelly como la desconocida Jane Doe.
A lo largo de la trama (como es de esperarse) se realiza la autopsia —necropsia es el término correcto, pero utilizaré autopsia porque es el popularizado, pese a ser erróneo— al cuerpo de una desconocida; como toda película de terror, se supone que siempre sucede algo inesperado y en ésta no es la excepción. También sigue la vieja escuela de la única existencia de una posibilidad de salvarse de aquello que va a suceder, aunque sea para uno o para todos los involucrados. El escenario, aunque pueda resultar aburrido para algunos, para otros puede mostrarse fascinante: muestra un lugar común y casi tabú, a la vez que renueva creencias que todos tenemos sobre dichos espacios. Más de una persona hemos conversado sobre lo que realmente puede suceder en las morgues y los creyentes piensan que serán los primeros lugares en los cuales se levanten los muertos cuando llegue el Juicio Final, pero no todos tienen los nervios para pasar una noche solos en una morgue.
La ambientación es ayudada por la música, la cual toma un papel muy importante a la hora de seguir la historia de la joven desconocida; además, la iluminación es la necesaria: nada más y nada menos. Sencillamente, excelente. La fotografía, en lo que respecta a las tomas más importantes, es estéticamente correcta: a veces cruda, otras hermosa —debo decir que uno llega a fascinarse por la ppureza del cuerpo de la joven desconocida, todo gracias a la fotografía.
En lo personal, últimamente tengo mis dudas sobre las nuevas películas de terror que se anuncian, año con año. He llegado a decepcionarme (como muchos) con algunas que tienen la falta de al menos un elemento o que sobreutilizan otro: trama, escenario, ambientación, fotografía, final, admitiendo de vez en cuando una pequeña pizca de comicidad. The Autopsy of Jane Doe no tiene una trama aburrida o exagerada, tampoco cuenta con un mal escenario y mucho menos utiliza mal los elementos musicales o la iluminación a lo largo de la cinta; en cambio, remonta a una época de buen cine de terror, con nuevos efectos y atractivas propuestas. Me parece brillante todo el conjunto al final. Además, permite un cierre permanente o una posibilidad de segunda entrega (a discreción del expectador).
Siguiendo las palabras de King: “Visceral horror to rival ALIEN and early Cronenberg. Watch it, but not alone”.