Somos conscientes de que las impresoras 3D llegaron para quedarse, sobre todo en medicina. Pero más allá de las prótesis ¿sabías que esta tecnología ya se ha colado en las cocinas de muchos chefs? ¿O que existe un avión fabricado únicamente con una estructura impresa tridimensional?
Dicen que las impresoras 3D son el invento del milenio. Y aunque todavía estamos muy lejos de crear órganos complejos como el corazón, lo cierto es que en unos años su uso se ha extendido por diferentes disciplinas, con especial trascendencia en la medicina. Prótesis personalizadas o columnas vertebrales completas son ejemplos que corroboran la importancia de estas impresoras, que ahora también son capaces de crear piel humana "totalmente funcional" para probar productos cosméticos y en un futuro ser trasplantada a pacientes, según el prototipo que ha desarrollado un equipo de investigadores españoles. Pero la medicina no es su único campo⚡: la arquitectura, la gastronomía o la obstetricia también han incorporado esta tecnología a su día a día.
Fetos en 3D
Los avances tecnológicos han facilitado que ahora los padres primerizos puedan abrazar a su feto antes incluso de los 9 meses de rigor. A eso precisamente se dedica la empresa guipuzcoana Baby 3D Print, encargada de "reproducir en sólido lo que capta el ecógrafo", en palabras de uno de sus portavoces a Gonzoo. El problema es que este aparato no es compatible con una impresora 3D. De ahí que la empresa guipuzcoana haya desarrollado un software que da pie a esa compatibilidad.
Se abrieron paso en 2014, aunque con mayor insistencia en 2015, y trabajan directamente con empresas del sector, no con particulares. Baby 3D print imprime la ecografía en una impresora 3D con el objetivo de "tocar, sentir y acariciar a tu bebé antes de que nazca". Tienen una gama de materiales variada (en concreto, 8 modelos), desde cobre a madera para crear diferentes texturas. Pueden ser de plástico rígido o "flexible, como una muñeca de trapo a la que le aprietas la cara, se deforma y vuelve a su ser". El precio varía en función del material de impresión —que en algunos casos puede ser hasta en color— así como el tiempo de fabricación, de 2 a 12 horas. Estas impresiones, sin embargo, "están muy lejos de formar parte de un servicio público hoy por hoy", tal y como aseguran a este medio en conversación telefónica.
Comida
El menú de un restaurante itinerante llamado Food Ink cuesta en torno a los 300 euros. Y no precisamente por sus estrellas Michelin. Estuvo instalado en Londres en verano y desde las mesas hasta la comida estaban hechas con impresión 3D. La gastronomía es una de las áreas a explotar, también en España Es más, en Barcelona se inventó Foodini, una impresora 3D de comida que ya han adquirido restaurantes como Miramar y Yours. Funciona con cápsulas de diferentes ingredientes e imprime una variedad considerable de alimentos, tanto dulces como salados.
Algunos expertos ven en esta innovación un paso de gigante para evitar alergias o intolerancias alimenticias. En un futuro—de momento su precio en torno a los 1.000 euros no es accesible a todos los bolsillos— podría ayudar a esquivar nutrientes concretos como el gluten. Su funcionamiento es similar a la manga pastelera: añade capas de comida hasta que fabrica el pedido que se desea. Si bien es cierto, hay ingredientes que se les resisten. Para imprimir una pizza se necesita la materia prima, programarla y esperar a que se prepare el plato, un proceso que puede durar de 5 a 20 minutos, según el plato. El objetivo que persiguen los investigadores es que en unos años la impresora 3D comparta espacio entre el microondas y el horno.
Aviones y motos
Airbus también ha aprovechado las impresoras 3D en beneficio propio. La empresa presentó en junio a THOR (Testing High-Tech Objectives in Reality), el primer avión del mundo con una estructura impresa en 3D. Se trata de un objeto volador no tripulado de 4 metros de largo y 4 metros de ancho, que cuenta con unas 50 piezas impresas en 3D. Únicamente el sistema eléctrico, la batería y las ruedas de aterrizaje no están impresas. Este modelo, que se puede construir en unas cuatro semanas, echó a volar por primera vez en 2015. En ese viaje recorrió una distancia de 40 kilómetros, de Hamburgo a Stade (Alemania). Unos meses antes, en marzo, la filial de Airbus se atrevió con una motocicleta. Eléctrica y de unos 35 kilos. ¿Lo malo? No pasa de los 80 kilómetros por hora. De momento.
Adiós a la alopecia
La calvicie podría tener solución sin necesidad de recurrir a los miles de tratamientos que abundan en el mercado (lociones, champús, injertos…). L'Oreal se propuso hace unos meses acabar con la pérdida excesiva de cabello, a través de la que se pueden caer más de 120 cabellos al día. De ese objetivo surge el acuerdo de colaboración con Poietis, una empresa francesa dedicada a desarrollar tejidos biológicos humanos. La técnica consiste en bioimprimir folículos pilosos con el fin de que pueda brotar el pelo de nuevo.
https://youtu.be/T5GEnoVKiCY
El tejido impreso, eso sí, debe madurar durante tres semanas antes de que pueda utilizarse en los test. "Varios equipos en el mundo ya han intentado reconstruir este órgano y han fracasado. Hoy, gracias tanto a nuestro mayor conocimiento del cabello como al progreso tecnológico, tenemos todo cuanto necesitamos para afrontar este desafío con una probabilidad real de éxito", aseguraron entonces diferentes investigadores en un vídeo difundido por la compañía a través de YouTube. De momento, el proyecto está en fase inicial.
Arquitectura
La tecnología tridimensional también se abre camino en el sector de la construcción con Dubai a la cabeza de la vanguardia. La ciudad de Emiratos Árabes presentó en mayo el primer bloque de oficinas funcional fabricado totalmente con una de estas impresoras. El resultado: 250 metros cuadrados de instalaciones con una inversión de 125.000 euros. La impresora utilizada tenía unas medidas considerables: unos seis metros de alto; 36,5 de largo y 12,20 de ancho, acorde con las piezas gigantescas que debía construir.
En realidad, se imprime de TODO
Thingiverse es un almacén de objetos tridimensionales creados a partir de estas impresoras. Y ahí se encuentra de todo, como ya os comentamos hace unas semanas. Desde robots para que los niños jueguen con ellos hasta relojes, herramientas para usarse en hospitales o frikadas de todo tipo y condición.