Descubrí que la poesía
no está solo en los libros
de pasta dura y letras doradas.
Tampoco en las enciclopedias
de literatura contemporánea
ni en los sitios de internet de textos
en PDF de descarga libre.
También se encuentra en la
mierda de perro que adorna las banquetas.
En las flores de jacaranda
que se resisten a la fuerza de gravedad
para embeleser los patios
con vista a la calle,
pero sobretodo en la sonrisa
de mi hijo después de recibir
los buenos días.