LA ESTÉTICA CURVY EN EL ESTEREOTIPO DE BELLEZA CONTEMPORÁNEA: ¿RENACIMIENTO RUBENSIANO O NUEVA INQUISIÓN? Por Vanessa Velasco

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Beautiful curvy women taking a selfie at the beach

El cuerpo femenino, siempre ha sido el protagonista de muchas de las representaciones artísticas en el arte, por una sencilla razón… sus bellas curvas – ¿Niéguenmelo? -.  Este singular atributo, para muchos, es el símbolo perfecto de la feminidad -en cuanto a lo físico se refiere-, y son dignas de admirar, y para muestra basta un botón…

Recordemos a las más famosas, sabrosonas y curvilíneas mujeres hechas arte. La primera  es muy vieja, -Inclusive más vieja que nuestra sensual bisabuela-, hablo de la Venus de Willendorf. ¡Caray! La hicieron en el paleolítico, y definitivamente su pechonalidad y sus prominentes curvas es lo que nos hace recordarla. Es interesante saber, que gracias a esta pieza escultórica, podemos tener una idea de la concepción que se tenía del cuerpo femenino hace más de 27 000 años.

La segunda curvylicious en este recuento es la Venus de Sandro Boticelli   – Sin duda la inspiración para esta columna-, al ser una de las más bellas, e ícono clave en el arte. No sólo porque la usan en los memes, o porque retrata el momento en el que la Diosa Griega Afrodita -o Venus para los Romanos- nace de la espuma del mar, sino por la naturalidad del pincel renacentista del Quattrocento italiano; apegada al ideal de belleza clásico – en pocas palabras, un cuerpo bien proporcionadito, carnosito, nada de más, nada de menos y nada fuera de su lugar-.

La tercera, e indiscutible mención para este texto, son las “gordibuenas” del pintor Pedro Pablo Rubens, pintor Barroco, de la Escuela Flamenca, que es reconocido por sus musas; mujeres grandes de muslos fuertes, con celulitis, rollitos, y pocos senos:  -tamaño normal- (nada que ver con la estética “Kardashian,” o la estética “Buchona”, de la  cual hablaré en la próxima entrega, y de la que tengo mucho que decir), y obviamente no podían faltar las mujeres de Fernando Botero, en cuyas obras se aprecian féminas que son especiales y realmente bellas:  por su “gordura”. -Que yo, denominaría “sabrosura”-.

Lamentablemente, este tipo de cuerpo, el artístico, el  bello, sin preocupaciones por los rollitos, sólo queda en las pinturas. En la actualidad, hasta hace algunas décadas, los estereotipos que su servidora, y varios de ustedes llamarían “gordofóbicos”, han modificado los cánones de belleza y de aceptación hacia muchas personas con este tipo de cuerpo, – el curvilíneo-. El gigante de la moda, y la mercadotecnia, que vendía a la sociedad la extrema delgadez, y la piel pegada al hueso como “lo correcto” o “lo aceptable”, ha influido tan profundamente en la sociedad, que además de las controversias que ya todo mundo conoce, ha generado un impresionante nivel de discriminación en la sociedad.

Lo anterior lo puedo confirmar porque yo misma, y algunos de ustedes también lo podrían confirmar, he sufrido esas discriminaciones, no sólo al entrar a una tienda de ropa que no contempla mi existencia en este mundo, sino en muchos de los aspectos de nuestra vida diaria. Vivimos en una sociedad  fría, y de “envoltura”, que carece de empatía, al menos hasta hace algunas décadas, bueno no, todavía algunos por ahí… En la cual entre nosotros mismos somos crueles. Un ejemplo de ello es una gran cantidad de hombres que, al momento de elegir a una pareja – ya sea para índole sexual, o más emocional- son visuales por naturaleza, y (sin generalizar) lamentablemente muchos de ellos -aunque lo nieguen, son gordofóbicos-,  discriminan o “descartan” sus “opciones”, la mayoría de las veces por el  cuerpo sin tomarse la molestia de conocer a la persona más a fondo; además, te califican numéricamente, escaneándote como si fueras “mercancía” o “material”, como muchos de ellos se expresan. ¿Qué onda con eso?, ¿En qué momento empezamos a valorar a las personas por números… talla, edad, peso? Y,  qué decir de nuestras propias compañeras mujeres, en el trabajo, en la familia, en el círculo de amigos o conocidos, ¿En qué momento, entre nosotras, nos empezamos a destrozar, a criticar y a lastimar emocionalmente,  sin razón aparente? Entre mujeres hemos llegado a ser muy duras con nosotras mismas. Estos ejemplos, sé que son sólo el iceberg de la violencia cultural que tenemos arrastrando desde no sé cuándo… Y que es harina de otro costal, sin embargo; es un tema delicado, que se tiene que hablar, ya que la gordofóbia es un tipo de violencia, una práctica cultural que debe parar.

Afortunadamente el panorama ya no es tan escabroso o dramático como las pinturas de Caravaggio o El Greco, desde hace algunos años, se ha empezado a gestar, -Yo creo que sí lo han notado, a menos que vivan en una cueva-, un cambio en estos cánones o estereotipos tan duros de belleza, y más hacia la mujer. Ahora la gran industria de la moda, después de partirle su mandarina en gajos al autoestima de millones de mujeres curvilíneas en el mundo, quiere reivindicarse, y abrirse a la diversidad de los cuerpos reales, los robustos, grandes y celulíticos que ahora forman parte de sus colecciones: ¡Ya existimos para la moda! ¡Bravo!

Gracias a la influencia en el medio de personalidades como Adele (cuando era gorda), Ashley Graham, Tara Lynn, y muchas otras mujeres (y hombres) que, desde la trinchera del anonimato han alzado su voz, para que los estereotipos de belleza sean más flexibles e inclusivos, se ha visto una respuesta positiva en la sociedad, y sobre todo, más en la aceptación de la sociedad hacia las personas curvys, pero lo más interesante es cómo ha generado más seguridad, y una mejora notable en la autoimagen  y autoestima de estas personas. Sinceramente, muchas de ellas mismas,  se  llegaron a creer este cuento de que no eran valiosas,  porque no encajaban en el estereotipo de la piel pegada el hueso, sin embargo; ahora ya se ven con otros ojos, eso es algo bueno, y muy aplaudible de estos movimientos, como el Body Positive.

Sin lugar a dudas, el “Renacimiento de las curvas Rubensianas” ha llegado recargado y mejorado,  pero ¿Llegó para mejorar la concepción de belleza contemporánea? ¿Llegó para que las y los cuvylicious ahora sean “valiosos” para los “discriminadores” de  siempre”?, ¿O es un espejismo más de la mercadotecnia? Lo único que puedo decir es: ¡ÁMENSE! La última palabra la tienen ustedes.

 

Imágenes:

Imagen principal:  Jenny Saville. Pla , (Hiperrealismo) 1993. 2,74 x Óleo sobre lienzo 2,13 Metros.

Tomada de: https://www.saatchigallery.com/artists/artpages/jenny_saville_4.htm

Imagen 1: Anónimo. Venus de Willendorf (Paleolítico).  Entre 27,500 y 25,000 a.C. Escultura,  Museo de Historia Natural de Viena

Tomada de: https://www.pinterest.co.uk/pin/574560864965100097/

Imagen 2: Sandro Botticelli: El nacimiento de Venus,  (Renacimiento)1482-1485, temple sobre lienzo, 1,80 x 2,75 metros, Galería Uffizi, Florencia.

Tomada de: https://www.culturagenial.com/es/cuadro-el-nacimiento-de-venus/

Imagen 3: Pedro Pablo Rubens. Las Tres Gracias. Título original “De drie bedankt” (Barroco) 1630-1635. Óleo sobre lienzo, 2,21 x 1,81 metros.

Tomada de: https://elpais.com/ccaa/2018/05/02/madrid/1525276889_469401.html

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