Feminismo con Glitter Por Diana Cortes

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Hace un año, a principios de agosto, cuatro policias de la Ciudad de México violaran a una menor de edad que se dirigia a su casa despues de una fiesta, cuando la chica denunció, la revictimización no se hizo esperar, se filtraron los videos de las horas de los hechos y los medios se encargaron de pintar a la menor como la mala de la historia, despues de esto, tampoco la protesta feminista en busca de justiciase hizo esperar.

A partir del 12 de agosto, se desencadenaron diversas manifestaciones, primero en la ciudad de México donde las feministas irrumpieron en las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia y lanzaron glitter rosa al entonces titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana Jesús Orta (quien hoy tiene una orden de aprehensión por vínculos con la delincuencia organizada) la criminalización de esta protesta por las autoridades y la opinión pública, lo particularmente injusto del caso y el descubrir que estos abusos policiales eran escalofriantemente comunes en todo el país, desencadenaron manifestaciones por todo el territorio méxicano, con el glitter rosa como arma y la consigna “no me cuidan, me violan” como grito al unísono.

En la ciudad de México las feministas intervinieron el ángel de la independencia, creando una de las imágenes más emblemáticas y representativas de la lucha feminista contemporanea. En respuesta a esta protesta y sobre todo a la violenta reacción del grueso de la población, se articularon diversas colectivas feministas, como “restauradoras con Glitter” quienes son un grupo de mujeres profesionistas dedicadas a la restauración del patrimonio cultural y que señalaron, entre otras cosas, que las pintas en el ángel eran una forma de manifestación legítima y no deben ser borradas hasta estar todas debidamente documentadas y la demanda pública atendida,  ellas, en conjunto con el gobierno de la Ciudad de México, han sido las encargadas  de la restauración del ángel “primero las mujeres, luego las paredes” es su lema.

Desde entonces el glitter rosa ha sido un elemento presente en la lucha feminista mexicana y es usado como arma para señalar abusadores y complices.

Me gustaria contar todo esto como un recuerdo triunfante, me gustaria decir que despues de estas grandes manifestaciones y la articulacion del movimiento feminista las cosas cambiaron y la justicia fue algo real para las mujeres mexicanas, pero no. Evidentemente no.

Hoy, un año después, las cosas siguen igual o peor.

Hace menos de un mes en Puerto Vallarta las autoridades encontraron a un funcionario público y una niña de 10 años desnudos en un coche. Al comenzar el juicio un juez dictaminó que el funcionario no sería vinculado a proceso.

En Argentina salió a la luz el caso de una niña de 6 años abusada por su padrastro cuyo caso se viralizó pues el abusador lo confesó por whatsapp y quien no fue sentenciado pues el juez dictaminó que se trataba de un “desahogo sexual”

Para no ir muy lejos, en Guanajuato nos enteramos esta semana con el caso de una joven de León abusada por elementos de la policía.

Un año despues y la violencia contra las mujeres sigue siendo cosa de todos los días, un año despues y a las feministas no se nos acaban ni el dolor ni la indignación, los policias siguen sin cuidarnos y siguen violandonos, y los violadores siguen siendo respaldados por los jueces. Un año después y tendremos que volver a empuñar el glitter  rosa, porque en este país podrido no hay justicia si no hay presión social.

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