Por: Camila Barba
Así se olvidan los amores verdaderos,
como hojas marchitas
que caen de los árboles
y se los lleva el viento
porque ya cumplieron su misión.
Como un suspiro
que alivia el alma
y alimenta el corazón,
un suspiro que quisieras
que durara toda la vida.
Así se olvidan los verdaderos amores,
recordándolos para toda la vida
como destellos de alegría,
que llegan y se van de manera inesperada.