¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen o cómo se fabrican los diversos materiales como el acero o los circuitos internos de nuestros dispositivos electrónicos?, pues todo surge de una de las actividades económicas primarias más importantes que hay: la minería.
En las siguientes líneas hablaré un poco sobre lo que fue esta actividad en el pasado y lo que es hoy en el presente, pues es una de las actividades económicas más importantes de México, todo empieza con la minería.
La minería como tal empezó en México a partir de la conquista de los españoles en 1521 ya que, a partir de esta fecha, fue una actividad más organizada, pues los antiguos nativos solamente recolectaban minerales que estuvieran a la intemperie o la vista. Los españoles empezaron a apoderarse de los lugares donde se localizaban los diversos yacimientos, y con ello se utilizaron nuevas técnicas para obtener estos minerales; con las cuales, los habitantes del México antiguo no conocían, dando como resultado que los oficios dentro de las actividades mineras se diversificaran. Uno de los trabajos más comunes dentro de las minas era los barreteros, que básicamente se dedicaban a realizar la fragmentación de la roca y poder extraer el mineral que iba a ser procesado más adelante.
Los barreteros, también barreneros o piqueros, desarrollaban su trabajo, generalmente, en la parte más profunda de las minas, donde se encargaban de extraer el mineral de la roca. Para ello, debían ser expertos en el manejo de la barreta o el pico y, más avanzado el periodo colonial, de la pólvora, lo que los convertía en los trabajadores más cualificados de la fase minera. Sin embargo, también era uno de los trabajos más peligrosos dentro de las minas, ya que en muchas ocasiones se presentaban accidentes fatales debido a un mal uso de las herramientas o por alguna cuestión de estabilidad de las excavaciones. Obviamente no podemos comparar los medios que disponían y lo cómo se hacía en aquel entonces con la tecnología que tenemos hoy en día, por ejemplo, en muchas minas, si bien sigue siendo un trabajo riesgoso, estas actividades se realizan con equipos capaces de ser operados por uno o dos trabajadores o incluso de manera remota, a comparación de la época colonial y sus años siguientes, donde se necesitaba una gran cantidad de personas para lograr la extracción de los minerales.
La conquista minera avanzó principalmente hacia el norte del país. Muchos yacimientos encontrados se convirtieron en famosas minas que generaron no sólo riquezas, sino una expansión demográfica hacia estos lugares, teniendo así nuevos asentamientos humanos que más adelante se convirtieron en ciudades, ofreciendo empleos y un mayor desarrollo en las zonas cercanas a las minas, como es el caso de la ciudad de Guanajuato, que se caracteriza por tener una amplia historia minera a lo largo de los años.
Sin embargo, con la llegada de la guerra de independencia de México, entre los años 1810 a 1823, provocó un declive en las actividades mineras, debido a que las personas ya no querían estar bajo el dominio del yugo español, provocando que esta actividad se descuidara por obvias razones generando incluso que la gente abandonara completamente los asentamientos mineros y no fue hasta el fin de ésta etapa de nuestra Historia que se pudo continuar con el desarrollo minero del país.
En los años posteriores a la guerra de independencia, las actividades mineras siguieron más o menos igual, y no fue hasta el principio del siglo XX donde se empezaron a desarrollar cambios importantes al respecto. Se generaron nuevas leyes y reglamentos laborales impulsadas por los gobiernos de José Vicente Villada (que fue gobernador del Estado de México en 1904) y Bernardo Reyes (gobernador de Nuevo León en 1906) afectando también a las actividades mineras ya que los trabajadores de aquella época se quejaban de jornadas inhumanas de trabajo y malos ambientes laborales, además que se construyó la infraestructura de la industria ferrocarrilera durante el gobierno de Porfirio Díaz, lo que permitió un mayor desarrollo económico, dándole preferencia a los centros mineros ya establecidos y dando así un empujón más al desarrollo de estos pueblos o ciudades.
Para 1910 y el inicio de la Revolución Mexicana nuevamente las actividades mineras se vieron sumidas en conflicto y no fue hasta el fin de esta en 1917 que se pudo continuar de una mejor manera con esta actividad, ya que a raíz de esto diversas empresas extranjeras llegaron a México y surgieron industrias alternas que provocaron la diversificación de la economía del país, como por ejemplo la industria metalúrgica, que es la encargada de tratar y transformar los materiales y minerales extraídos de los yacimientos.
En 1960, se decretó la nacionalización de la minería, se nacionalizaron empresas y con ello hubo una respuesta positiva por parte de los empresarios y profesionistas mexicanos, generando así que México hoy en día se encuentre en los primeros lugares en la producción de diferentes minerales metálicos y no metálicos (por ejemplo, la plata, en el cual nuestro país ocupa en primer lugar de la producción a nivel mundial), generando más empleos e inversión extranjera al país.
Si bien la actividad minera es una industria muy importante para México, no todo es miel sobre hojuelas, ya que como toda industria tiene su lado negativo, principalmente en lo que respecta al medio ambiente. Sin embargo, en los últimos años las diversas minas, no sólo de México, sino del mundo están adoptando una visión más amigable con el medio ambiente, que, si bien no es del todo perfecta, si es de mucha ayuda para reducir los daños ambientales.