Poemario Por: José Luis Zorrilla Sánchez

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Hay un gato en el OXXO

 

No sé como entró y eso me aterra.

Ha interrumpido mis dibujos verbales autodestructivos

con un andar que me calma como si fuera un caballo a la orilla de un río.

Aparta mi mirada de unas Pringles que pensaba comprar.

Pasa por la caja registradora y recoge el dinero con el que compré cigarros,

después toma estos de mis bolsillos y los devuelve a su lugar.

 

¿Qué ves en mis labios gato?

¿Quieres arrancarlos con tus colmillos o rozarlos con tu lengua?

 

Camina por los estantes donde están las cosas que compro usualmente

hasta que llega a donde están los condones.

Se detiene ahí y me mira inquisitivamente.

Yo nunca he comprado condones.

 

Toma mi mano y posa su lengua sobre ella delicadamente

y siento como mi piel conoce otro aire.

 

Empieza a deslizarse entre mis piernas y le digo;

¡No lo hagas gato!

cada vez que conozco un roce distinto un volcán hace erupción sobre un país que ya ha derramado mucha sangre.

 

Pero lo sigue haciendo

y una tenue lluvia cae sobre aquella región donde un perro ardía en llamas.

 

   El poema de las Pringles muertas

 

Hoy pasé por 15va vez por donde fallecieron mis papas.

Aún llevo el bote vacío en mi mochila,

el aire, todavía, conserva un olor a crema y cebolla.

Respirar ese aroma duele.

Intentaré escribir un haikú,

tal vez en otra lengua mi dolor no exista

 

床に壊れたフライドポテト

秋の風

復活はありません

 

Es una mierda.

 

La vida no es un bote de papas.

Sin embargo,

si supiera que en algún lugar mis papitas están intactas,

iría a buscarlas hasta Cho-fu-sa

 

  Una ventana se marchita.

Brotan de sus bordes pequeños lirios,

agrietan los cristales

de un cuarto que ya no respira.

Las letras que guardé en una mirada

(al exterior, o al interior)

donde mueren las memorias

de unos lentes oxidados.

 

Muere el oxígeno

que cubre mi carne.

 

Nunca usé cortinas

para ver si pasaba algún ciego.

 

Fui visto apenas siendo barro.

 

Ya nadie verá mi cuerpo flácido y lleno de estrías.

 

La ventana fue cubierta por lirios

 

que respiran todo el oxígeno.

Esto que brilla en el aire

 

A Cristina, todos los brillos de lo que falta por decir

 

recuerdo de una tarde

compartiendo frutas

desnudas por nuestras manos

húmedas en su aroma.

 

Esporas

memorias   momentos

con olor a mandarinas

en medio de un café

 

que parece más un refugio

 

 

un desayuno

 

que parece más un fulgor

 

 

del recuerdo de tus manos y mis labios

en medio del roce de un aroma.

 

Suave calor

del olor de tu cuerpo

resplandeciendo en la brisa

fundiéndose en las luces

 

 

de un momento que no pasa

 

 

de un olor que no se olvida.

 

 

Evocación de una imagen

que en mis ojos nunca sobra.

 

 

Esto que brilla en el aire

 

 

retumba

 

 

mi mirada

 

 

sol que se mezcla en el ambiente

el olor de tus manos

perseguido por las mías

para guardarlas dentro

simple roce

de las mandarinas

en mis otros sentidos

donde mi latente corazón

te mira y se esconde

en el olor de todo esto

 

que brilla en el aire

 

José Luis Zorrilla Sánchez, @JoseLZorrillaS (1997, Irapuato); es un estudiante medio flojo de la licenciatura en Letras Españolas por parte de la UG. De revoltoso corazón y espíritu greñudo, ha pasado por las antologías «Circulos de Agua» y «Las Avenidas del Cielo» y como becario del sistema INTERFAZ y del Seminario Para Las Letras Guanajuatenses. Después de viajes escribiendo en alocados OXXO’s y pelearse la cabellera contra la terrible página en blanco, trata de sobrevivir la cuarentena escribiendo reflexiones x y escuchando a otros en su podcast La Pipa de Chihiro

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