Hay un gato en el OXXO
No sé como entró y eso me aterra.
Ha interrumpido mis dibujos verbales autodestructivos
con un andar que me calma como si fuera un caballo a la orilla de un río.
Aparta mi mirada de unas Pringles que pensaba comprar.
Pasa por la caja registradora y recoge el dinero con el que compré cigarros,
después toma estos de mis bolsillos y los devuelve a su lugar.
¿Qué ves en mis labios gato?
¿Quieres arrancarlos con tus colmillos o rozarlos con tu lengua?
Camina por los estantes donde están las cosas que compro usualmente
hasta que llega a donde están los condones.
Se detiene ahí y me mira inquisitivamente.
Yo nunca he comprado condones.
Toma mi mano y posa su lengua sobre ella delicadamente
y siento como mi piel conoce otro aire.
Empieza a deslizarse entre mis piernas y le digo;
¡No lo hagas gato!
cada vez que conozco un roce distinto un volcán hace erupción sobre un país que ya ha derramado mucha sangre.
Pero lo sigue haciendo
y una tenue lluvia cae sobre aquella región donde un perro ardía en llamas.
El poema de las Pringles muertas
Hoy pasé por 15va vez por donde fallecieron mis papas.
Aún llevo el bote vacío en mi mochila,
el aire, todavía, conserva un olor a crema y cebolla.
Respirar ese aroma duele.
Intentaré escribir un haikú,
tal vez en otra lengua mi dolor no exista
床に壊れたフライドポテト
秋の風
復活はありません
Es una mierda.
La vida no es un bote de papas.
Sin embargo,
si supiera que en algún lugar mis papitas están intactas,
iría a buscarlas hasta Cho-fu-sa
Una ventana se marchita.
Brotan de sus bordes pequeños lirios,
agrietan los cristales
de un cuarto que ya no respira.
Las letras que guardé en una mirada
(al exterior, o al interior)
donde mueren las memorias
de unos lentes oxidados.
Muere el oxígeno
que cubre mi carne.
Nunca usé cortinas
para ver si pasaba algún ciego.
Fui visto apenas siendo barro.
Ya nadie verá mi cuerpo flácido y lleno de estrías.
La ventana fue cubierta por lirios
que respiran todo el oxígeno.
Esto que brilla en el aire
A Cristina, todos los brillos de lo que falta por decir
recuerdo de una tarde
compartiendo frutas
desnudas por nuestras manos
húmedas en su aroma.
Esporas
memorias momentos
con olor a mandarinas
en medio de un café
que parece más un refugio
un desayuno
que parece más un fulgor
del recuerdo de tus manos y mis labios
en medio del roce de un aroma.
Suave calor
del olor de tu cuerpo
resplandeciendo en la brisa
fundiéndose en las luces
de un momento que no pasa
de un olor que no se olvida.
Evocación de una imagen
que en mis ojos nunca sobra.
Esto que brilla en el aire
retumba
mi mirada
sol que se mezcla en el ambiente
el olor de tus manos
perseguido por las mías
para guardarlas dentro
simple roce
de las mandarinas
en mis otros sentidos
donde mi latente corazón
te mira y se esconde
en el olor de todo esto
que brilla en el aire
José Luis Zorrilla Sánchez, @JoseLZorrillaS (1997, Irapuato); es un estudiante medio flojo de la licenciatura en Letras Españolas por parte de la UG. De revoltoso corazón y espíritu greñudo, ha pasado por las antologías «Circulos de Agua» y «Las Avenidas del Cielo» y como becario del sistema INTERFAZ y del Seminario Para Las Letras Guanajuatenses. Después de viajes escribiendo en alocados OXXO’s y pelearse la cabellera contra la terrible página en blanco, trata de sobrevivir la cuarentena escribiendo reflexiones x y escuchando a otros en su podcast La Pipa de Chihiro