Te observo desde lejos buscando tu sonrisa y tus ojos, lo efímero del momento contrasta con lo eterno del instante. Te miro, casi como no queriendo te miro; tu sonrisa la encuentro y tus ojos me descubren; te miro, casi como intentándolo, pretendiendo la espontaneidad de una serendipia. Te miro, tu mirada empieza a definir mi sonrisa, parece que tus ojos la dibujaran con la fortuna de que se convierte en mi sonrisa y nace de mis labios, ese gesto ensayado en el espejo cobra naturalidad y le das vida, vida en mí. Te miro como se lee a Huidobro y siento miedo, las miradas se han cruzado y siento miedo, me hablan tus ojos y los míos los siento gritar, no sólo te miro, también tú me miras y ahora son mis ojos los que dibujan tu sonrisa, mi mirada traza sinceridad en tus labios; el arte de las miradas se nutre de nosotros y sigue siendo un instante.
Casi como intentándolo por Oscar Mendoza

¡Échale un ojo también!
No sé si acabé la semana o la semana acabó conmigo, le digo a la señora Benita después del trabajo. Ando bien cansado, le…
La manifestación se extiende por las calles. Es esa efervescencia la que te hace seguir a un grupo que, al unísono, grita protestas. Ese…
Ya viene, ya está aquí, la gran oposición al gobierno morenista. Llegó este 20 de enero y viene con todo. Ellos se dicen preparados,…
II El martes me sabe amargo y derrotero. El mayordomo me dice: «Oh, son buena marca esas tijeras, a ver, y ya no están…