Caminando por la calle,
recuerdos lejanos están
enterrados en el pasado
para siempre…
Wind Of Change – Scorpions
¡Feliz cumpleaños, papá! Mi padre acababa de cumplir 60 años. Faltaban escasos días para emprender un viaje que habíamos planeado cuando, de manera intempestiva, surgió algo emocionante: ¡asistir al concierto de Scorpions! Esta banda alemana lleva más de 50 años en el mundo del rock.
Al principio, me parecía increíble que fuera a ver en vivo a una de mis bandas favoritas, y mejor aún, junto a la persona que me los presentó: mi papá.
Este fue el primer concierto por el que pagué y de un grupo que nunca imaginé escuchar en vivo. Los he escuchado toda la vida, pero me volví fan a los 12 años.
Llegamos al recinto y nos encontramos con mis tías, tíos, primas y primos, quienes también asistieron. Fue emocionante, pues hacía más de 10 años que no los veía. Como teloneras estuvieron Thundermother, una banda completamente femenina y una excelente propuesta de rock. Sabía que algo inimaginable estaba por venir cuando se despidieron con “Crazy Train” de Ozzy Osbourne.
El momento había llegado: los reflectores se enfocaron en un telón que decía SCORPIONS. De inmediato, este cayó para revelar otro que preguntaba: “¿Are you ready to rock?”. De fondo, sonaba el intro de “Gas In The Tank” de su último disco, «Rock Believer», cuya portada nos remite a los álbumes de los años ochenta. La multitud empezó a gritar y, finalmente, cayó el último telón. ¡Ahí estaban! No podía creer lo que mis ojos veían y mi corazón sentía.
Todo era como un sueño, hasta que llegó “Wind Of Change” (o “Vientos de Cambio”), canción que esa noche dedicaron a Ucrania, cambiando la primera parte en honor a la nación afectada por la guerra. Ahí supe que realmente estaba allí. Al escuchar silbar a Klaus Meine, se me erizó la piel. Mi mente estaba en blanco, disfrutando del presente y recordando los momentos más felices de mi vida con esa canción. Fue entonces cuando supe que todo, absolutamente todo el esfuerzo, había valido la pena. Me di cuenta de que había superado cualquier adversidad que se había presentado en mi vida y que seguía de pie, orgullosa de mí misma por lo que había logrado y también por lo que no. Mis lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas mientras disfrutaba tanto del momento que abracé a mi papá y canté a todo pulmón.
El concierto terminó y yo estaba en shock, como aquel meme de Drake y Josh.
Ahora, cada vez que siento que no puedo seguir adelante, escucho “Wind Of Change”, porque confío en que vendrá un viento de cambio para mí.
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lucy.cruzcarlos@yahoo.com.mx
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