Odisea interrumpida por Soledad Martinez

Fotograma de 2001: Odisea en el espacio

Fue una noche fría cuando proyectaron en las escalinatas de la Universidad de Guanajuato la tan aclamada 2001: A space odyssey (1968), película dirigida por Stanley Kubrick basada en la novela homónima de Arthur C. Clarke, dentro del marco del 52 Festival Internacional Cervantino.

Ver aquella obra maestra de la ciencia ficción de los años sesenta en pantalla grande fue una idea emocionante desde el principio: una película narrativamente conmovedora, un deleite visual y musical, con acceso libre, abierta para todo el público, abierta para todo el mundo.

Cuando llegué a la función, confirmé que había todo tipo de espectadores: quienes verían la película por segunda, tercera o quinta vez; aquellos curiosos y entusiastas de la cinematografía que iban a sumar un nuevo título a su filmoteca personal; jovencitos y señoras, señores, niñas y niños, hombres y mujeres, enamorados, estudiantes de preparatoria que asistían para tomarse la foto durante la película para dar constancia a sus maestros que asistieron a un evento cultural, los policías que siempre se ponen a la derecha de la escalinatas, turistas nacionales y extranjeros… ¡Todo el mundo se dio cita a una noche de cine en la “Fiesta del Espíritu”!

Quiero advertir que mi propósito inicial era ver la reacción de la gente que miraba la película por primera vez, sus reacciones ante aquel baile cósmico —parafraseando aquella parodia animada de Los Simpson, caricatura que, por cierto, rinde homenaje a la película en ese cómico episodio titulado “Ultrahouse 3000”—; también me acordé de aquella película tan comentada el año pasado, Barbie (2023), cuya escena de apertura es una calca casi exacta de Odisea en el espacio. No es un secreto pues, la influencia de esta obra cinematográfica en la cultura popular de occidente.

Desde el inicio, la magia empezó a surtir efecto: la incertidumbre que provocó en el público ante la aparición de aquel monolito misterioso, el salto milenario de la prehistoria a los viajes en el espacio condensado en un segundo, la música envolvente de Richard Strauss y de Johann Strauss, la visión del futuro en los años sesenta con respecto a los viajes espaciales y el sorprendente atino a los avances tecnológicos que hoy son parte de nuestra cotidianidad, pero en aquel entonces eran simplemente ciencia ficción.

A pesar del frío considerable, el público no perdía el entusiasmo por la historia que se desarrollaba ante sus ojos, sobre todo cuando empezó aquel drama intrigante y enigmático en la misión a Júpiter, donde se nos presenta a uno de los personajes fundamentales de la historia, el HAL-9000.

Aquí la experiencia queda interrumpida e inicia la desilusión. Me tomaré el atrevimiento de citarme a mí mismo, específicamente transcribiendo el texto que publiqué en mis redes sociales después de terminar la función: “Ay, no, qué mala experiencia para la gente que fue a ver por primera vez 2001: Odisea en el espacio, de Stanley Kubrick, que proyectaron en las escalinatas de la Universidad. Me explico: la película está dividida en partes, a la mitad, hay un intermedio de tres minutos y la pantalla queda completamente en negro, con un sonido casi imperceptible. Fue acertado que los organizadores avisaran esto en voz alta a los espectadores cuando inició el intermedio, para que no se sacaran de onda y creyeran que la película había terminado. Pues no pasó más de un minuto cuando la imagen volvió a la pantalla… ¡Pero la habían adelantado hasta la escena final! Obviamente todos desconcertados por tremendo spoiler, saltándose incluso la parte más dramática de la película”.

Una de las obras que considero más hermosas en la historia del cine, tal vez, terminará siendo un gran fraude para esos espectadores que no vieron lo que quedó en ese hueco creyendo, tal vez, que la película así fue hecha. Si de por sí es confusa al final, esta gente quedará aún más confundida. Ahora sí, parafraseando al HAL-9000, todo fue por causa de un error humano.

2001: Odisea en el espacio  (1968)
Stanley Kubrick
16 de octubre de 2024
Escalinatas de la Universidad de Guanajuato

 

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