ÍNTEGRO el gesto entre la multiplicidad por Joan Carel

Cortesía FIC: Carlos Alvar

El cuerpo, el símbolo y el movimiento, sobre todo el gesto. Esos elementos parecen ser el punto de partida para la propuesta escénica de la compañía peruana ÍNTEGRO, construida a lo largo de cuatro décadas, desde 1984, dirigida por Oscar Naters y Ana Zavala, además de Tati Valle-Riestra, Ana Vázquez, Marisol Otero, Alonso Núñez y Pável Paniagua sobre la escena.

Con una base ideológica en el pensamiento del poeta, su compatriota, César Vallejo, así como el aprecio al campo peruano, su presentación en el 53 Festival Internacional Cervantino reunió una serie de piezas en las que pudo apreciarse la evolución de los tópicos que abordan junto a una personalidad distintiva.

Aun con la multiplicidad de temas, en todas las obras impera un rasgo: la predominancia de la energía simbólica depositada en cada gesto, ya sea del rostro o en las infinitas posibilidades del cuerpo.

Cortesía FIC: Carlos Alvar

La función abrió con una mujer al centro, sosteniendo en alto una especie de abanico hecho con tallos secos, cual mítica curandera. En el cuadro siguiente, tres mujeres avanzaban con un vaivén acompasado y en sincronía, creando la imagen de un camino recorrido con pesadez, con el cansancio de la jornada en el campo, cual peregrinar. 

La música es tenue. Hasta este punto, acompaña la escena con un halo de frescura al estilo del electropop noventero o de principios del dos mil. Así se observa, entonces, a un par de hombres sobre un banco, de edad mayor que disertan, a través de un juego de contrapesos entre sombras y caídas, sobre el balance corpóreo.

Una nota de pulso sostenido genera una sensación de estrés mientras otra primera mujer gira en el centro. Una más se posiciona en una esquina sosteniendo flechas en la espalda y con las manos, con una expresión “salvaje” mientras se oyen gritos, quizá ruegos, en voz indígena. En la pantalla corre un río de piedras y lodo y suena una canción originaria; es una denuncia.

Cortesía FIC: Carlos Alvar

Bajo la luz cenital, el gesto de la primera mujer expresa tanto que es difícil reducirlo a palabras: dolor, fuerza, resistencia… el vencimiento de un cuerpo que se encoge en sí mismo.

Las risas dan un giro radical a la duela, los cuerpos de todos parecen convulsionar entre máscaras y una voz masculina que emite una especie de reclamo al cielo, mientras amasa un bloque de material similar a la arcilla. Ese mismo personaje se coloca una camisa y la ropa holgada del elenco se transforma en una indumentaria citadina, entre el baile de una noche social y una ráfaga de fotografías.

La fiesta alegre da paso al acoso y la violencia, de nuevo expresa en la interacción del los cuerpos, los gestos bien conocidos por todos, ya sea como agentes, espectadores o víctimas. Al fondo, una mujer rendida, porque ese es el mensaje que su cuerpo comunica, permanece en una silla con el cabello descompuesto, más un grito que representa encaramiento e, irónicamente, una rendición aumentada.

Cortesía FIC: Carlos Alvar

Las velas sobre el pastel de cumpleaños que sostiene uno de los hombres crea una sombra enorme de su cabeza: el infractor. Segundos después, la segunda mujer, la casi ultrajada entre la danza festiva, peina el cabello de aquella al fondo, en ese acto sororo y herencia milenaria de las abuelas a sus hermanas e hijas.

Entre el caos y el desaliento, la escena final trae una melancólica calma, al tiempo que una de las parejas, las más unida y alegre, contempla el horizonte marino sobre una banca. Así llega el anochecer en compañía de versos latinos.

Tensar el presente/Hilar el futuro es el título dado a esta muestra, con la que los integrantes originales de la compañía aperturaron el programa de danza del festival, dejando una alta expectativa para el resto. La suya es una narrativa propia y atemporal, creada a partir de experiencias con las que han construido, como colectivo, una firme identidad.

Tensar el presente/Hilar el futuro
ÍNTEGRO
11 y 12 de octubre de 2025
Teatro Principal

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