Violencia puesta en abismo por Rebeca Lsp

Cortesía FIC: María Nieto

Desde hace poco más de 10 años, el Festival Internacional Cervantino ha demostrado su interés y compromiso con el teatro comunitario a través de la iniciativa Proyecto Ruelas, con presencia en diferentes lugares del estado de Guanajuato.

Esta iniciativa se aloja en grupos teatrales gestados con el propósito de favorecer, a partir de sus prácticas escénicas, la reconstrucción del tejido social, ofertándose como una alternativa valiosa para quienes gustan o tienen interés por este tipo de actividades. Se busca encender pequeños motores de cambio en las comunidades de quienes participan, tender puentes entre vecinos y compartir las carencias y las propuestas de soluciones a ellas. El proceso se vuelve, entonces, un territorio de saberes compartidos desde donde imaginar un nuevo entramado social.

En el marco del 53 Festival Internacional Cervantino, este proyecto trajo tres obras a la Plaza San Roque, en mi opinión, el escenario callejero para teatro más famoso de la ciudad. La primera se presentó el jueves 16 de octubre y fue una adaptación de Fuenteovejuna, de Lope de Vega, llevada a cabo por el Teatro Comunitario Cabras, formado en San Miguel de Allende en 2023.

Cortesía FIC: María Nieto

Las gradas estaban llenas casi en su totalidad. Conforme la puesta en escena avanzaba, más transeúntes se integraron al público. Este escenario siempre ha representado un reto debido al ruido natural de la zona, así como por las problemáticas de acústica. En esta ocasión, el ladrido de los perros proveniente de la casa azul, al inicio del pasaje hacia la plaza, jugó en contra hasta muy avanzada la función. No hubiera estado mal incluir más micrófonos si se sabe, de antemano, que estos son una respuesta frecuente a las obras llevadas a cabo en ese lugar.

Pero a favor jugaron muchas cosas más: la música que marcó pautas de ritmo en el despliegue escénico del elenco y el evidente entusiasmo de este último, pues actrices y actores, infancias y adultos, lucían realmente emocionados al entonar sus diálogos con fuerza, especialmente la protagonista. También es destacable el vestuario en una misma paleta de colores.

La habilidad del director Roberto Avendaño para generar escenas pintorescas donde el sonido y el movimiento en escena funcionan en ensamble es notoria, ejemplo de esto es el momento en que las mujeres chismean mientras lavan ropa y hacen sonidos agitando sus telas al compás de la pieza, para luego abandonar la escena con un baile que también seguía las notas musicales.

Cortesía FIC: María Nieto

Además, hay escenas bastante ingeniosas que solo sirven para retratar el contexto de la historia y la época, como cuando destazan a la oveja, haciendo gala de una utilería muy creativa a pesar del bajo presupuesto. El público no paró de reír.

A lo largo de la función, el elenco va involucrando cada vez más al público, como al tratarnos como los invitados a la boda. Esto da confianza a la gente para gritar y hacer chistes, para aplaudir en acompañamiento a las piezas musicales. También somos parte del pueblo que responde “Ovejuna” cuando los actores disfrazados de policías preguntan “¿Quién mató al comendador?”.

Si bien es orgánico y satisfactorio que el público pueda sumarse con estas participaciones, también resulta dolorosamente paradójico que la historia, a pesar de haber sido escrita en 1616, encaje perfectamente en nuestra actualidad, siendo Guanajuato el estado más violento del país desde hace varios años.

Cortesía FIC: María Nieto

Ovejuna
Proyecto Ruelas | Teatro Comunitario Cabras
16 de octubre de 2025
Plaza San Roque

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