Una madrugada entre caminos vacíos y cerrados me confronté a mi misma tras haber perdido la batalla, me habían engañado y no paraba de pensar (como muchas otras personas tras sufrir un engaño) ¿Por qué yo no había sido suficiente. Posiblemente estaba tan ocupada sintiéndome inferior a tu ahora, cómplice de tu engaño, que olvidé por completo la parte de la traición. Esto es lo que me inspiró a escribir esto.
Vivimos entre telarañas humanas decomunicaciones erróneas ¿Por qué digo esto? Bueno realmente es simple de describir. Formamos parte de círculos sociales sin comunicaciones asertivas, preferimos construir telarañas de mentiras y traiciones, es lo que nos hace humanos a admitir nuestros errores y aceptar nuestros prejuicios.
Viví días enteros lamentándome, minimizándome, enterrándome bajo millones de sabanas para cubrir el dolor que olvidé que yo no había perdido. Pasamos tanto tiempo pensando en un “¿Por qué?”en lugar de comenzar a entender la verdadera realidad; no fue nuestra culpa. Nosotros no le fallamos a un amor chatarra que tuvo que buscar un nuevo espacio para expandir sus traiciones, no fuimos nosotros quienes decidieron “no ser suficientes”. Olvidamos que no fueron nuestros estándares los que fallaron a tal situación, no fuimos nosotros quienes quisieron desertar a encontrar algo más “fácil”. Una vez que comprendí esto me liberé, tal vez mis cadenas no tenían candado pero si tenían centenares de metros que hacían difícil el despegue del sufrimiento que cargaba. Respiré, con mis pulmones aún intoxicados por humo inducido por los efectos colaterales a nuestra ruptura y me volví a amar. Pero esta vez mas fuerte y con la certeza de querer tu amor chatarra lejos de mi vida.
Esta vez dolías, pero ya no llovían miserias de tu amor en mi interior.
Ojalá lo hubiera descubierto más rápido…
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