Ruido Blanco por Jude Procel - Música de Jaime Villarreal

Tengo que borrarlo todo,

Hasta crear un desierto

Donde puedan florecer nuevamente

Las cactáceas.

 

Había monstruos cohabitando dentro de mí,

Que se limitaban a respirar poco

Para no dejarme sin aire.

 

Hay otras voces que traen consigo el silencio

Y el manejo perfecto de unas teclas,

Que al tocarlas se vuelven líquido,

Casi como oro fundido

 

Es tan fácil dejar de pensar ,

Que parece menos imposible

Sobrevivir a un día más

 

Esta soy yo,

La que pierde el miedo a encontrarse

Y aun así siento que no lo estoy haciendo mal,

Tendría que cerrar los ojos

Para inventar ese nuevo mundo

Que traiga consigo la renovación.

 

A veces parece que estoy cansada de ser yo,

Luego vuelvo a contemplarme

Y al darme cuenta de lo que he construido

Me reencuentro maravillada.

 

Hay castillos en mis manos

Que al tocar el sueño se vuelven de arena,

Hay viento que se desmonta en mi ventana y me viste

El pálido cuerpo con encanto,

¿Qué es esta emoción que me aborda?

La desconozco y es interrumpida

Por una era vacía, que no comprendo.

 

De repente todo se vuelve un vals,

De inercias absurdas y naturales

Que se conectan trayendo de vuelta

La emoción desconocida.

 

Soy ruido blanco,

Me he dejado llevar por la danza cerebral

Del ambiente.

 

Quiero quedarme atada en la proa de un barco

Que represente la vida,

Para luego sumergirme

Aprender a respirar agua y sal.

 

Escucho como el viento arrastra las hojas

Y luego sonrío,

Porque sé que he cometido un nuevo error,

¡Y sonrío porque me encuentro!

 

El suelo frío donde yace la nada,

 por ratos es invadido de recuerdos infantiles

Que no se recuerdan cotidianamente.

 

Las luces fugaces se vuelan de un lado a otro

Incendian mi hoguera y me vuelven

Fuego.

 

Hay diez uñas y diez negros que representan

En un juego el abismo creador

Que redime las penas de un pasado,

El pasado que se ha devorado

Las entrañas de la memoria

Tiempo casi perdido,

Encontrado después en las raíces

De un universo extranjero,

Suelto, libre, bondadoso y cruel

 

Hay destrucción allá afuera,

Donde las aves cantan para reestablecer

La armonía del mundo.

Pretenden traer de vuelta

Los eclipses de sol.

 

Me escucho surreal,

Arrastro puertas para crear

Nuevas melodías, efímeras

Sin reproducción.

Aquellas donde susurran los leones

Hambrientos animales,

Buscan que comer ocultos

Y oculta una manada de lobos aguarda

Llena de sosiego,

Entonces descubro que el ocultarse en la ceguera

Es la mejor manera de sonreírle a la tristeza.

 

Apresurada he roto la hoja,

Y luego la he pisado con tinta imborrable

Para no olvidar que en cada abrazo

Hay una poesía oculta,

Aquí no queda más que el olor de la esencia,

Oliendo la penumbra que me abraza

Cuando siente el miedo de tu ausencia

Tome un pedazo de carbón,

Para dibujarnos una historia

Sin palabras,

Pero me invadieron los signos gramaticales

Y la imagen se volvió escritura.

 

¿A dónde van los colores

Cuando dejan su lecho de muerte?,

¡Se escuchan los aullidos del mundo enfermo!.

 

Caen los troncos secos,

Y nadie los mira con nitidez

Los pasos se pierden

En  navíos que naufragan,

Palpita lo inagotable

Como palpita mi amor por tus estrellas.

 

Se azotan las puertas dentro de mí,

Al chocar con el marco chueco

Descubren que no son perfectas

Producen un sonido que es igual

A todas las frecuencias,

Producen luego el silencio,

Como aquel que producen dos asteroides al chocar

Rechinan las tardes,

Rechinan los dientes de los misterios chimuelos

Del futuro.

Caen a mis pies en pedazos

Todos mis dedos,

Forman un rompecabezas que me llevaría toda la vida armar,

Escribo como una loca,

Escribo frente a una figura estoica

De mirada perdida.

Estrellé mis ojos en el amor

Como quien estrella un relámpago

En su propio reflejo,

Me recuerdan por tormentas,

Por locura

Tan cercanos están a la realidad,

Pero no soy yo

Es otra la que enamora

 A Sujetos que viven del spleen.

 

Transforme sonrisas en pausas,

Para aullarle a la luna

Y regrese unos instantes

 A la realidad Estruendosa.

 

 

 

 

 

 

 

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