Microteatro, la primera vez que escuché esa palabra no entendía del todo lo que significaba, era algo relacionado al teatro, obviamente. En su primera temporada me rehusé a ir, todavía me lo lamento, y pese a mi curiosidad por saber lo que realmente es el “Microteatro”, en ésta última función de su segunda temporada “Culpables” (tema principal de todas las obras) me animé a asistir.
No conocía el lugar exactamente, sólo tenía la dirección y con la idea de que está ubicado dentro de una casa antigua del centro de la ciudad. Encontrar la casa exacta no fue tan difícil, pues había algunos conocidos en la entrada, conocidos que ya sospechaba que encontraría en el lugar. Al entrar, se percibe de inmediato ese aire bohemio, relajado y artístico. Te piden tu entrada, sino la tienes la puedes comprar ahí mismo. Te entregan una pequeña guía del recorrido indicando y a cuál sala entras después de cada obra, en mi caso fue el “Recorrido 5”, hay grupos 10 personas o menos en cada recorrido. Estaba un poco confundida, pero esperé hasta más indicaciones, esperé sentada en una clase de vestíbulo exterior, había sillas y bancas para relajarte, podías fumar, y platicar con toda tranquilidad mientras se espera a que inicie.
Observé que asiste toda clase de personas, principalmente personas que tienen especial gusto por la cultura y el arte, de todas las edades pero en su mayoría jóvenes y adultos, también percibí a uno que otro niño. Justo al comenzar, los staff o ayudantes del evento dan indicaciones según inicies el recorrido, nos guiaron hacia el patio, y durante la corta caminata, no pude evitar observar los detalles de la bella y vieja casa, no sabía qué esperar.
Al salir al patio de inmediato percibí un olor a incienso, para sentarte hay unas 10 o 12 sillas colocadas frente a la escenografía de la presentación. En la primera obra la escenografía era un poco siniestra, me asombró de inmediato que el actor era un niño de unos 11 o 12 años, no es muy común ver niños en presentaciones teatrales y menos en Irapuato. Su actuación me pareció adorable, tal vez por el simple hecho de que era un niño. El contexto de su historia era escalofriante y la música estuvo perfectamente seleccionada, dejándome un buen sabor de boca, ya estaba ansiosa por ver lo que seguía.
Pronto comprendí de qué se trataba el concepto del Microteatro, saliendo de una obra ingresas a otra habitación y así, simultáneamente todo el público de cada “recorrido” ve a la vez una obra distinta al mismo tiempo. La casa es también un personaje, su diseño, la antiquísima decoración desgastada y otra poca redecorada, cada habitación contaba una historia diferente. Cinco obras teatrales cortas, comedia, misterio y principalmente drama, y un monólogo intenso como intermedio que realmente no me esperaba.
Todos actores jóvenes, algunos ya conocidos por su experiencia y otros apenas dando sus primeros pasos. La propuesta del Microteatro es bastante interesante, escapa de lo convencional, llegar al auditorio y esperar a que abra el telón, Microteatro te da todo un recorrido, diversidad de historias y actores, sin duda es toda una experiencia. Debemos de aprovechar y asistir a estos eventos únicos creados por artistas apasionados, ya que el costo es bastante económico y accesible.