Perdón si febrero no era tu mes favorito
Y en alacena ya no caben más tazas
Pero se que te encanta el café
En el punto donde quema tu paladar
Más que tus palabras al decirme
Que ya fue suficiente Picasso
En las barreras de mi habitación.
Perdón si te quite la ilusión de jugar al balón
Y los domingos me exalto cada vez
Que le gritas al televisor que ya no haga lo mismo
Pero también el azul puede ser mi color favorito
Sin importar si lanzo mi cabello al viento.
Perdón si no fui la mariposa
Y un abejorro ocupó su lugar
Pero es que al final ni podrías juzgar
si llegabas aplaudiendo sin cesar
dejando para conmemorar una sonrisa
la medalla de oro por impuntual.
Perdón si no puedo ser fuerte a tu lado
Y si no vestí de negro como lo acordado
Pero a los 10 años, ¿quién acepta pañuelos de extraños?
Perdón si me invente un mundo o creí hacerlo
para evitar que gobernaras y fallar en el intento
no quería esconderme, no quería aplastarte
solo un minuto para escucharme.
Perdón si no acepte la última muñeca
Si baile con una silla en señal de protesta
Pero no quería ser expuesta
Encontrar el amor al chocar unas copas
Y como regalo de bodas, el kit de belleza.
Perdón si las medias que llevo se rompen
Ante las miradas de la gente
Pero me es indiferente pasear por las calles
Erguida y con agujas en mis pies, captando miradas
Cuando a las tres campanadas se convierte en pecado.
Perdón por tomar cerveza
Y salir con mis amigos a fiestas
Querer encontrarme en unos jeans ajustados
Usar frases de millenials y perder la fe
Para depositarla en internet.
Perdón por no usar bata o matemática
Pero me siento libre con películas y letras
No era mi intención, o bueno en eso mentí
Al besar sin compromiso para después sentirme ruin
Perdón por no llevar la falda correcta al trabajo
Perdón por no tener el novio apropiado
Perdón por no saber cocinar
Perdón por no procrear
Perdón por levantar mi voz
Perdón padre por no ser la hija que esperabas
Perdón por culparte
Perdón por pedir perdón
Pero lo prefiero a fingir ser la mujer ideal.