Con gran éxito inició la noche de este martes la séptima temporada de American Horror Story: Cult, dando un arranque terrorífico en la mente del espectador y por el actuar de Sarah Paulson y Evan Peters, personajes centrales de cada una de las historias que iniciaron desde el año 2011.
Con el tema central de la elección presidencial del 2016, el miedo a los payasos asesinos, hombres de ley, la corte americana y Donald Trump al arranque de su administración, durante una hora los demócratas y republicanos no nos hicieron pensar en nada más y llenaron de miedo nuestros sentidos.
‘American Horror Story’ fue la serie que realmente inició la moda de ese tipo de ficciones, sobre diferentes temas en cada una de sus temporadas, entre brujas, casas llenas de fantasmas, manicomios, circos y hasta hoteles.
Spoiler alert. Hemos procurado dejar fuera todas las referencias concretas de la primera entrega.
Son tantas las obras audiovisuales que han explorado y explotado la fobia a los payasos, que hace falta algo especial para diferenciarse. Además, dentro de unos días llegará a las pantallas ‘It’, la esperada nueva adaptación de la popular novela del escritor Stephen King, por lo que ‘American Horror Story: Cult’ ha optado por echar raíces siempre de casos que ocurrieron en la vida real, y eso es terror. Pensar que la maldad humana se queda corta comparada a la ficción.
El primer capítulo no tuvo miedo en jugar a la autorreferencia de temporadas pasadas, como con el payaso Twisty y el asesinato de dos adolescentes a punto de tener relaciones sexuales a campo abierto.
Nos pudimos llegar a identificar con el despertar de todas las fobias del personaje interpretado por Sarah Paulson y la necesidad de jugar con la idea de, hasta qué punto lo que ve es cierto o fruto de su imaginación.
La cuestión es que incluso ahí se opta por unas soluciones propias de una película de terror y lo hace además manteniendo una aproximación a la historia un tanto caótica, equilibrando de forma discutible el drama, el terror y los pequeños apuntes de humor que no me cabe duda de que irán de menos a más. Y eso es lo que esperamos los fans de este universo.
La victoria de Trump sirvió como detonante de la crisis de Paulson, mostrando además una reacción muy diferente por parte de Evan Peters, (Kay Anderson) quien celebra la victoria de este señor que lo único que hace es twittear y dividir sociedades.
El propio episodio vuelve sobre eso de forma directa más adelante, siendo la única base sólida pero que tendrá que vigilar mucho no acabar cayendo en el lado menos interesante de la caricatura, algo con lo que ya se coquetea.
Un arranque como los que solo sabe hacer Ryan Murphy: elegancia, estilo, clase, moda y estéticamente perfecto, pero sin excederse, pues están plantadas las bases de lo que está por venir.
Los detalles macabros estimulantes y se plantean una serie de cuestiones, en algunos casos a través de flashbacks que da la sensación de que tendrán una presencia recurrente de aquí en adelante y morimos de curiosidad por ver lo que sucederá.
Esperemos que los payasos de Murphy no dejen de aparecer, aunque ojalá sí de coger en el super mercado, pues eso no es tan agradable de ver y menos por alguien a quien le aterran los mismos.
Lo que tendremos que hacer será esperar, para despejar la duda de hasta qué punto su elemento político irá más allá de sus notables primeros minutos.
Ojalá está como las aclamadas primera y segunda temporada, no pase desapercibida, pues a pesar de ser fan de hueso colorado del terror de AHS, la calificación dada en Estados Unidos al Primer Capítulo, fue de 6.3, la menor de todos los arranques de estas historias.
Por favor American Horror Story, no dejes de ser fascinante…
