En este día me puse a reflexionar sobre cómo es la sociedad y su entorno, hablando en este caso de algún particular que este cruzando por cosas muy difíciles o doloras –porque a todos nos ha pasado- y es que no nos permitimos hoy en día tratar de empatizar con la otra persona porque estamos tan metidos en lo de nosotros que no nos damos cuenta lo importante que a veces puede ser una simple palabra u acción hacía con el prójimo.
Hoy en día me doy cuenta que es difícil poder entablar una conversación con alguien ya que ahora tenemos tantas distracciones como lo son las redes sociales y que nos hacen encerrarnos en nuestra burbuja y nos crea de cierto modo egoístas y no está mal, solo es cuestión de cómo hacemos o decimos las cosas –y no es quererle restar responsabilidad al otro de sus actos y consecuencias- porque hay días en los que ocupamos una palabra de aliento o una acción que nos haga sentir que estamos –quizá- en el lugar correcto, o bien, en este caso que nos equivocamos pero no tiene un efecto en el que nos haga sentir peor de lo que ya nos sentimos.
El otro día vi un video de cuanto es el poder a veces de poder incitar o bien de hacer sentir mal al otro, reitero esto no significa que por “tu culpa” esta persona no haya llegado a su objetivo o su meta porque al final esta persona decide qué hacer con su vida, pero lo que sí es una verdad es que todos sabemos que -de cierta manera- influimos en la vida de otros, porque simple y sencillamente somos humanos y necesitamos de ese calor humano para poder continuar nuestras vidas tranquilamente sin sentirnos rechazados o bulleados.
Quiero de verdad hacer ver de cierto modo que nos podemos ayudar u apoyar o hasta hacernos la vida menos pesada uno con el otro, nuestra gente que tenemos a nuestro alrededor y es por algo que las tenemos cerca, si quizás algunas no son nuestros “amigos de verdad” pero hay una verdad muy cierta y es que cuando una persona esta contantemente buscándote para saber de ti o tener compañía y querer tener una plática retroalimentaría es porque realmente le interesa tu persona, no seamos tan ciegos y egoístas, veamos bien los que tenemos cerca y para que nos quieren en su vida.
Y no solamente la gente que está cerca, también aplica para esa gente que por 5 segundos se nos cruzan en nuestras vidas y de cierta manera no nos damos cuenta de lo crueles que podemos llegar a ser si nos vale realmente por lo que pueda estar pasando el otro… es difícil poder descifrarlo pero una cosa sí sé y es cuando uno hace el bien podemos cambiar no solamente nuestro entorno sino el de los demás. Quiero que comprendan y quizá algunos puedan aplicar esto en su vida diaria.
Seamos humanos, no solo razonemos sino también empaticemos con el corazón, pensemos por lo que nosotros hemos pasado y no queramos que los demás lo pasen también. La vida es una ruleta y es muy difícil a veces poder comprenderla, ayudémonos a crecer como personas estando cerca o lejos de esa persona, a poder mejorar ese camino de nosotros y el de los demás. Porque la vida te sabrá compensar que algún día te encontraste a alguien y ese alguien valorara esa acción o esa palabra de aliento que pudo ayudarla a seguir su camino y lograr lo que todos queremos: Ser felices.
Foto de protada Tomás Salazar
