¿Ensueño?, ¿Fantasía? ¿Engaño?…
La ilusión es anhelo para optimistas y espejismo para pesimistas, cuando en realidad la ilusión es cuestión de confianza, no en sí mismo, más sí en quién o en qué la depositas.
La ilusión es luz en las tinieblas, dulce música en el vacio de nuestros corazones porque aporta el contrapunto a nuestras penas cuando más lo necesitamos por ejemplo en el amor, trabajo, dinero, futuro hasta en casos exagerados como en una simple partida en un juego de casino.
La ilusión es una cuestión de estado, como luego dicen; “más vale estar ilusionado que ser iluso”.
La ilusión es fuente de alegría, esperanza, es un río de emociones que fluyen hacia el mar de nuestros sentimientos.
Pon ilusión en tu vida aunque sea por un instante y verás la diferencia entre la madera y el olivo, entre lo muerto y lo vivo.
Por último les comparto un fragmento de una letra del maestro Silvio Rodríguez:
“No me hago ilusiones contigo
pero cuando extravío la razón
una obra de arte
aparece al mirarte
alumbrada de fascinación
y con la suerte echada
va mi alma robada
por el goce que da la ilusión.”