Caballero de copas por Armando Castillo

Ya voy presintiendo que reseñar esta película se volverá un capricho para mí en distintos niveles, primero: por qué siendo honestos no es un filme tan digerible, y en segundo: por qué no podré evitar divagarme con estas letras, hay tantos detalles en los que me encantaría profundizar. A pesar de esto trataré de hacerlo liviano, después de todo esta es una reseña no un trabajo de investigación.

Me gustaría empezar citándoles la reseña que hace la gente de netflix:

 

'Un escritor de comedias aparentemente exitoso pero con el corazón abatido intenta encontrarle sentido a la vida a través de relaciones fugaces con mujeres'.

 

Sin fijarme ni un poco en quién dirigía la película al leer la reseña pensé que se trataría de alguna comedia romántica del montón, pero me dio curiosidad por que el protagonista es Christian Bale y en mi mente me lo imaginaba con esa voz tan característica de Batman seduciendo a esas mujeres fugaces para remendar su corazón abatido, no pasaron ni cinco minutos de verla para comprender que nada tendría que ver la fofa reseña con absolutamente nada de la película. Su director es Terrence Malick (para mi sorpresa de eso me percaté después de algunas tomas) conocido por filmes como la delgada línea roja, días del cielo, (y después de darse un descanso de un par de décadas) el árbol de la vida y deberás amar; él está revolucionado el cine actual con su nueva ola de producciones, una revolución lenta casi imperceptible pero que sin duda está allí, y pienso que tal vez justo ahora sea muy pronto aún para notar las repercusiones. Esta película es idéntica a sus dos antecesoras de la nueva era de Malic en cuanto a técnica narrativa, esta revolución que propone el director es arriesgar todo y dejar la trama en segundo plano, ¿cómo se puede hacer esto en una película se preguntarán? Él le otorga prioridad a la secuencia de imágenes y al monólogo interno, lo que trato de explicarles es que los personajes no se proyectan frente a nosotros para darle secuencia a la historia, no, la historia se nos presenta por fragmentos que son a veces relevantes y a veces no y su función aparentemente azarosa es solo avivar el monólogo interno (si es que lo hay) mientras las imágenes nos conducen de aquí a allá sin seguir ninguna línea para reivindicar ese sentimiento, darle límites a esa sensación, definir el deseo, justificar ese sentimiento de alienación. La trama es una herramienta que solamente nos ayuda a escarbar en la complejidad de cada personaje hasta los cimientos que los componen y las imágenes que la acompañan mientras vamos armando el rompecabezas funcionan como una extensión de la metáfora que estamos presenciando, todas hermosamente filmadas y concienzudamente editadas para permitirnos darle continuidad a ese sentimiento, un ejercicio de mimesis hipnótico ejecutado a la perfección por uno de los mejores fotógrafos de la historia cinematográfica, el mexicano Emmanuel 'Chivo' Lubezki y que consigue aquí hacer una mancuerna soberbia con Malick ya que la fotografía en esta trilogía es fundamental para que se despliegue todo el argumento. Por una parte está la filosofía existencial del director moviendo a los personajes lentamente como piezas de ajedrez dentro de sus propias incertidumbres y paralelamente e igual de importante el recorrido visual de Lubezki ofreciéndonos su propia versión de ese conflicto emocional que van cruzando los personajes con capturas de todo tipo. Estoy consciente de que todo lo que acabo de escribir se leerá muy pacheco pero es por esta misma razón que la crítica está muy dividida con estas tres producciones; hay quienes aplauden esta nueva forma de filmación y otros que por el contrario argumentan que la lentitud de la trama (o la ausencia de ésta) la hace tediosa e incluso imposible de ver, eso sí algo parecido no habrán visto en mucho tiempo así que dense la oportunidad de juzgarlas por ustedes mismos y averiguar de qué lado de la crítica está su opinión.

Y después de divagarme con la introducción les dejo un poco de sinopsis en la cual tendré que ponerme un poco poético para no quedarme corto como los chicos de netflix: Caballero de copas trata sobre un personaje (Bale) que posee todas las facilidades que la vida puede ofrecer y a pesar de esto sufre de un vacío existencial que no puede llenar, el caballero de copas es una carta del tarot y lo representa a él y los capítulos en los que se va dividiendo la película también son cartas que representan a las diferentes personas que influyen en el recorrido de autodescubrimiento del protagonista (la luna, el colgado, el ermitaño, el juicio, la torre, la sacerdotisa, muerte y libertad) todas estas personas delimitan una parte de su existencia y giran en torno a él, él como centro de los acontecimientos; gente que viene y se va quedándonos solo nosotros, los espectadores, a su lado para presenciar de manera íntima el proceso de destrucción y recomposición que absolutamente todos vamos sufriendo una y otra vez, ese es precisamente el punto del director, demostrar que nadie se queda exento de sentir la incertidumbre, ni siquiera aquellos que parecieran tenerlo todo, un viaje repleto de metáforas cuyo último fin es mostrarnos al personaje en los instantes claves de su existencia, tanto en esa soledad desgarrante como en su felicidad más venidera para que sea sencillo que cualquiera que experimente el proceso de reflexión que nos propone el filme pueda identificarse con él y en mayores instancias, incluso, hasta sentirse comprendido.

Véanla y compartan sus opiniones o recomendaciones gente netflixera, por aquí nos vemos en una semana, acá el trailer.

 

https://www.youtube.com/watch?v=T3t2bLH1kdA&feature=youtu.be

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