Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger de Marío Santiago Papasquiaro

"También es hora de recordar que nada 
es bello, ni siquiera en Poesía, que no es 
el caso". 
W

El mundo se te da en fragmentos / en astillas:

de un rostro melancólico vislumbras una pincelada del Durero

de alguien feliz su mueca de payaso aficionado

de un árbol: el tembladero de pájaros sorbiéndole la nuca

de un verano en llamas atrapas pedazos de universo

        lamiéndose la cara

el momento en que una muchacha inenarrable

     se rasga su camisola oaxaqueña

exactamente junto a la medialuna de sudor

                     de las axilas

& más allá de la cáscara está la pulpa / debajo del ojo la pestaña

Quizás ni el Carbono 14 será capaz de reconstruir los hechos verdaderos

Ya no son los tiempos en que un pintor naturalista

rumiaba los excesos del almuerzo entre movimientos

                 de gimnasia sueca

& sin perder de vista los tonos rosazules / de flores

  que no habría adivinado ni en sus más dulces pesadillas

—Somos actores de actos infinitos

 & no precisamente bajo la lengua azul

     de los reflectores cinematográficos—

por ejemplo hoy / que ves cómo Antonioni se pasea con su camarita de rutina

observado por aquellos que prefieren enterrar la cabeza entre la yerba

a emborracharse de smog o qué sé yo/ para que no aumenten los escándalos

  que ya hacen intransitable la vía pública

por los que han nacido para ser besados largamente por el sol

                 & sus embajadores cotidianos

por los que hablan de coitos fabulosos/ de hembras que no crees

                en esta edad geológica

de vibraciones que te harían tenaz propagandista del Budismo Zen

por los que se han salvado alguna vez de los accidentes

      que la nota roja llama substanciosos

& que de paso –por ahora– no se cuentan entre las flores del Absurdo

Así en el trapecio en el alambre de equilibrio de este circo de mil pistas

un abuelo platica la emoción que sintió al ver a Gagarin

       revoloteando como una mosca en el espacio

& lástima que la nave no se llamara Icaro I

que Rusia sea tan ferozmente antitroskista

  & su voz entonces se disuelve

     da de tumbos

  entre aplausos & abucheos

la Realidad & el Deseo se revuelcan/ se destazan/

     se desparraman una sobre otra

como nunca lo harían en un poema de Cernuda

corre espuma por la boca de aquel que dice maravillas

& pareciera que vive en el interior de las nubes

           & no en los baldíos de este barrio

 

El aire húmedo de abril el viento lascivo del otoño

        el granizo de julio & agosto

todos presentes aquí con sus huellas digitales

 

Alcohol orines/ qué no habrá servido de abono a esta yerba

cuántos jardineros sin el sueldo mínimo dejarían en esta trampa

                           sus escasas proteínas

 

Por ahora tú te tiendes bocabajo a la sombra de las piernas

            largas & velludas de los parques

        donde se reúnen

el que sueña con revoluciones que se estacionan

           demasiado tiempo en el Caribe

el que quisiera arrancarles los ojos a los héroes de los pósters

para mostrar al desnudo lo hueco de la farsa

la muchacha de ojos verdes gatunos & fílmicos

aunque a lo mejor acercándose resultan azules

          o quién sabe

el estudiante todo adrenalina & poros revoltosos

el que no cree en nadie/ ni en la belleza kantiana

       de algunas admiradoras de Marcused

& estalla gritando que estamos podridos por la furia

deshidratados con tanto tomo de teoría

la putilla de ocasión que comparte el torrente de su soledad

                          con los desconocidos

dejando que la balanza de la oferta & la demanda

la inclinen la gracia la simpatía las vibraciones repentinas

    —el Azar: ese otro antipoeta & vago insobornable—

los que vienen aquí a llorar/ hasta tallarse –como en madera–

       un rostro de mártir paranoico

después de destrozar —& no precisamente de entusiasmo—

           las butacas de los cines

el que escribe su testamento o su epitafio

       en una servilleta arrugada

& luego lanza besos al aire —& todo mundo supone

que celebra su cumpleaños/ o el divino himeneo de antenoche—

& todas las hipótesis resultan frágiles para explicar

por qué utilizó una pistola & no un bote de pintura

si parecía capaz de seducir hasta la calentura/ el pulso

                         & la pupila del Giotto

el que siempre saluda con Yo estoy desesperado/ ¿y usted?

los que se aman rabiosamente como perros callejeros

    —en las verdes & en las maduras—

& uno los llama enamorados floridos

  & son un afrodisíaco

no solo para la sensibilidad de Marc Chagall

los que conocen en persona a la muerte

a la hora en que el suicidio se vuelve una obsesión

unas ganas despeinadas de morder & ser mordido

de poner un hasta aquí a tanto castillo de arena

           que parece inderrumbable

de inventarse por segundos un poder

que las revolvedoras de cemento cotidianas te desbaratan

            como si fueras un papel de estraza

 

Y entonces comprendes al que quisiera sepultar bajo toneladas

                                            de plantas

        edificios / tierra negra

el menor latido / la taquicardia de su historia íntima

te contagia el nerviosismo la intranquilidad de los que

hacen como que respiran / como que poseen un cierto dejo

               de plantas carnívoras

& se pasan horas esperando a la compañera Ternura

          esa call—girl que raras veces llega

los que vienen escapando de los gases lacrimógenos

          & las macanas de las grandes avenidas

de las grandes & las pequeñas manchas

     que ya no tienen remedio con aroma de pino

           o la caricia de un kleenex

los que ignoran quiénes son ni lo quieren saber/ cuando el clima

                tiene pero fama cada día

los eternos enfermos de amnesia que se chupan el dedo de alegría

  porque aquí & no en Miami está el Paraíso Terrenal

los que juran declarar esto territorio libre isla independiente

  que no degenere en chatarra ruina supermarket

 

En el instante en que una canción de moda

           enreda su ritmo

a la peculiar batucada de la lluvia

& se instaura un orden fatalmente momentáneo

para que sigan dominando la escena

      el cabello en desorden

         los enormes ojos húmedos

& como surgida del claroscuro mismo de la noche

aparece una niña con los puños embarrados contra los muslos

         repitiendo 1, 2, 3 veces:

Yo no soy un objeto sexual, no lo soy robots,

   estoy viva / como un bosque de eucaliptos

Aquí donde la norma es ser implacablemente amables los unos

                                    con los otros

 & este es el mal menor

 

El parque tiembla / mis pasos interiores me llevan por las calles

                      de un puerto de mar verde

   que los nativos llaman Mezcalina

 

     Una sensación hasta ahora desconocida

como saber a ciencia cierta a qué sabe el A.D.N.

          después de hacer el Amor

 

Si esto no es Arte me corto las cuerdas vocales

mi testículo más tierno dejo de decir tonterías

        Si esto no es Arte

la rama de un árbol se dobla bajo el peso de un gorrión

o mejor dicho un gorrión termina por hacer trizas una rama

                                    ya quebrada

  Aún estamos con vida

de alguna manera hay que llamar a las islas de cristales

que con lujo de violencia patean las zonas más blandas de tus ojos

 

La realidad parece de mica de miniatura a escala

pero también tus párpados tu percepción & su camisa de fuerza

          la materia & la Energía

& el ánimo para meter tu lengua entre su lengua

este es un día insólito

   vibrante cotidiano anónimo

terrícola a más no poder como solemos decir

     los días de fiesta o durante los cateos cada vez

                     más frecuentes de las casas

el miedo te ilumina el estómago & te lo quema

 

  NO HAY ANGUSTIA AHISTÓRICA

  AQUÍ VIVIR ES CONTENER EL ALIENTO

           & DESNUDARSE

 

/consejos de un discípulo de Marx

  a un fanático de Heidegger/

 

Poesía: aún estamos con vida

     & tú me prendes con tus fósforos

        mi cigarro barato

& me miras como a un simple cabello despeinado

  temblando de frío en el peine de la noche

 

    Aún estamos con vida

 

una mariposa de ojoverde & alasamarillas

  se ha prendido en la solapa azul de mi chamarra

—mi cuerpo de mezclilla

    se siente seductor radar humano imán de polen

adquiere por momentos la convicción de una galaxia

                                 en pequeñito

  cantando puras locuritas

         entre Ohs de asombro—

 

¡Pucha qué luna!

 exclama el millonario en soledad

       & mísero en empleo

al que apenas ayer lo despidieron

  porque no le emocionaban los cortocircuitos

         de la cafetera burocrática

 

¡Qué luna!

como uña cortada

—como un gajo de esperma

   suspendido

 sobre el lomo negro de la noche

 

cuando se escucha

  un crujir de nueces aplastadas –crac–

el zumbido el lloriqueo de una ambulancia

que otra vez no llega a tiempo

 

el rumor de las lagartijas con manchas de leopardo

   trepando traviesísimas por la enredadera

             en busca de alimento

 

los últimos ruidos de un picnic

   donde la Desolación ha hecho de las suyas

& ha acabado voceando la proximidad del viento

              que todo mancha & roe

 

Sin embargo uno aún camina por aquí como gorrión feliz

como Chaplin el día en que besó por primera vez a Mary Pickford

alguien pasea con un radio de transistores que parece su segunda oreja

 

Galileo descubre la ley del péndulo observando

     el columpiar dulzón de estos amantes

violentamente unidos & medioconsumidos por la niebla

creyendo los muy necios que el Amor a dentelladas

       terminará por brillar en Technicolor

Y esto en el mismo M2 a la misma hora

     en que el Polo Norte & el Polo Sur

     la Tesis & la Antítesis del mundo se conocen

como un aerolito incandescente & un ovni en problemas

       e inexplicablemente se saludan:

Yo soy el que se ha grabado en la espalda de la chamarra de mezclilla

la frase: El núcleo de mi sistema solar es la Aventura

Me llamo así pero me gusta que me digan: Protoplasma Kid

 

Tú eres el que se muerde las uñas mientras hojeas la sección

                                    de crímenes

con los dedos confundidos en lo tieso de la hoja del periódico

     pero

¿son las noticias

los que las reportan

  los que las leen como una

       droga necesaria?

¿Quiénes Sherlock Holmes son los asesinos?

 

Dadas las circunstancias desconfías hasta de tus propios ojos

forcejeos corretizas pleitos de qué calibres

      se esconden bajo las ropas más rasposas

 

los miedosos se trepan a los árboles

   los más ágiles prefieren andar señalando con el dedo

el momento exacto en que la atmósfera se enrarece

                hasta decir basta

& comienzan a derrumbarse los aviones como en una secuencia

     de cine mudo en la que los brazos de los moribundos

           se mueven como aspas

sin explicarse el porqué de ese horizonte ensalivado por el fuego

 

Aunque el cielo –aparentemente– se vea sobrio & despejado

   como enemigo irreconciliable de las Artes Plásticas

& casi nadie repare en el loquito que besa lame muerde su reloj

                                     sin manecillas

mientras pregunta se estará enfriando la tierra

      no nos estaremos saliendo de la órbita???

seguro de que en un caso así hasta Jerry Lewis lloraría sinceramente.

Historia Anterior

Zoe Hawk cuando lo dulce encierra

Siguiente Historia

El solitario por Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza