No sabía si comprar un ejemplar de La Biblia en marruecos escrita en algún dialecto árabe o entrar de una vez a esa librería catalana, que no lo comprendo ¿sabes?, había simples razones para pensar que me recordaba a ti, el catalán siempre me hace pensar en escribirte, incluso en aprenderlo para escribirte, escribirte en catalán sabiendo que tú no lees en catalán. Entré a la librería y con la biblia marroquí en mente, decidí como es obvio posponerla, compré un libro de algún autor en catalán que viniera en versión bilingüe…
En ocasiones hojeo ese libro y me da por revisar las animaciones de Miyazaki que olvidaste en mi apartamento, saco la baraja que me regalaste de Las Vegas pero nada me recuerda hablar contigo como esa actriz Ratajkowski, verla bailar y verte viéndola, que la veías como yo la veía y como te veía a ti, ahora esa actriz se ve tan sola bailando en las películas, supongo que desde donde la veas puede que aún imagines acostarte con ella o me extrañes en un sadomasoquista trio imposible. Pienso que Ratajkowki también pudiera haber sido catalana, eso resulta de lo más triste todavía ¿no crees?
A estas alturas he perdido la cuenta de las veces que dijiste haberte quebrado, hubo luna llena algunas de esas veces y no creo que lo sepas. Puede que ni siquiera recuerdes haberme dado esa pequeña caja de origami o haberme contado la historia del abuelo que hablaba de los ojos hermosos y cómo los mosquitos seguían la sal en ellos, tus ojos. Mentira, lo recuerdas, como recuerdas el largo tiempo que pensaste que tardarías en olvidarme y que no fue largo, no fue tiempo ni olvido. ¿Lo recuerdas?
La Biblia marroquí ya no parece tan mala idea en perspectiva, a lo mejor y tú puedes comprarla y me la des la próxima ocasión que coincidamos, prometo que no intentaré besarte esta vez. ¿Será por eso que no me regresarás la novela de Benedetti? Claro que no, perdón me confundo fácilmente, así eres y no la regresarás porque, aunque no lo sepas, te hace pensar en alguien que no soy yo. Insisto, esta vez no habrá besos ni diré cuanto extrañaba besarte.
Mi última promesa es que dejaré de leer autores catalanes. Tantes parets entre tu i jo. L´enyor, exhaust, no arriba fins a tu. No sé si te encuentras todavía en Barcelona pero mandaré esta carta allá, a alguna dirección supongo…
Algún día.
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Imagen de Antoni Tàpies