Un pensamiento, un deseo una palabra…
todas las posibilidades en el alba de tus labios;
parpadeo de intenciones que juegan
a encontrarse y se esconden.
El pudor no tiene cita,
en primera fila reservada están las ganas.
Basta una copa de “quizás”
Y un largo trago de “contigo”
para perderme insomne de tus fuegos
que arden en mi piel.
Dame un “ahora” y déjame irme contigo.
El “tic-tac” no se detiene y la luna pierde su fuerza
mientras susurras:
quédate conmigo.