“TODO ES CONSEGUIDO CON ESFUERZO, INCLUSIVE EL MANTENERSE CONSTANTE”.
No eres especial, nada viene a ti sin una gota de esfuerzo, el mundo no regala nada.
La idea de que merecemos cosas, atención, un trato diferente o alguna especie de protagonismo, solo por el hecho de que nos creemos alguien indispensable, es equivoca, no somos lo que tenemos, ni mucho menos lo que creemos tener, somos al final del día lo que podemos dar, si no tienes nada que brindar, no eres digno de ser recordado.
Todos somos olvidados con el paso del tiempo, eso es una realidad, pero la gente que es capaz de ser recordada es porque tuvo el don de ofrecer: talento, tiempo, intelecto, ideas, servicio, calidad, amor, originalidad y creatividad, y para ello mínimo se necesita, determinación, constancia, dedicación y esfuerzo. Nada surge por la casualidad o por el destino, todo es causalidad.
No podemos asumir que somos los mejores y caer en el conformismo, constantemente hay que esforzarse por crecer o alguien más lo hará, por lo que nada es un hecho una vez alcanzado, hay que también tener la voluntad de constancia y de innovación.
Nada es otorgado sin haber provenido del esfuerzo y aun así muchas veces lo que se desea no siempre vendrá a uno, por lo que la frustración, el desánimo, la soledad, el perder, es parte de la vida.
Veo una generación que decae por cualquier obstáculo, que claudica a la primera derrota, que agoniza por no recibir lo que esperaba, una generación débil, que además de eso, cree que es mejor ganar las cosas por la forma más accesible, con mínimo esfuerzo, prostituyendo los valores, las convicciones, lo trascendental, solo por algo efímero.
Veo una generación dependiente de la tecnología y del acceso rápido, sensible, inmadura, perezosa, falto de convicciones y de visión. Sin duda una generación que no cree necesario el cambio o la mejora.
Vivir no es caer a merced del mal concepto de la diversión, sino con responsabilidad aprender de los distintos placeres de la vida, no es dejar a un lado la planificación solo porque el hacerlo no garantiza cumplir con la meta establecida, no es dejar de preocuparse, sino tomar atención en aquello que es primordial, no es expresarse sin mesura y sin prudencia, sino hacerlo con inteligencia y sabiduría, no es hablar todo el tiempo pensando que mis ideas son dignas de ser escuchadas, sino también poner atención a las personas que me rodean.
En fin, todo gran aprendizaje empieza al entender que no somos el centro del universo, ya que te abrirá los ojos a ver aquello que estas ignorando, la vida misma.
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