En fecha reciente se estrenó en Amazon Prime la serie The Boys, basada en el cómic homónimo escrito por Garth Ennis e ilustrado por Darick Robertson, originalmente publicado bajo el sello Wildstorm (de DC) y luego terminado de publicar por Dynamite Entertainment. La serie está producida por Seth Rogen, que ya ha llevado otro proyecto del Ennis al la pantalla chica (la serie Preacher).
Para nadie será una sorpresa decir que hay una sobreabundancia de películas y series basadas en superhéroes. Aunque muchos han especulado que se trata de una burbuja a punto de reventar, la verdad es que, hasta el momento, no lo ha hecho. No obstante, hay una innegable fatiga de la audiencia por el tema.
Así que, ¿por qué fumarse otra serie de super héroes?
Básicamente, porque se trata de una serie marcadamente anti super heroica. Es decir, en términos bastante llanos, aquí los super héroes son los antagonistas. Personajes superdotados que han llegado a creer que están por encima de la ley, mezclas de rockstar, estrella de cine y máquina de matar, con sus altibajos, sus adicciones, sus trapitos sucios y esqueletos en el armario.
El tratamiento que se le da a los super héroes en esta serie (y en el cómic que la inspira) es el de celebridades que viven a la luz pública y gozan de fama, ganancias millonarias y contratos de publicidad, pero que tienen secretos, mantenidos así por Vought, una corporación sombría y desalmada. En la cúspide de la sociedad de súpers se hallan Los Siete, pastiches de la Liga de la Justicia que gozan de la más alta estima y de los mayores privilegios por parte de Vought.
A ellos se oponen los protagonistas (The Boys), que empezamos a conocer a través de los ojos de Hughie, un tímido vendedor de electrónicos que es testigo de un traumático incidente que involucra un super héroe (y que no quisiera mencionar para que no me acusen de dar spoiler). Al poco tiempo es contactado por un misterioso individuo llamado Butcher, que lo recluta a una banda de renegados que “les dan sus nalgadas” a los super héroes cuando se pasan de la raya.
La serie se desarrolla en un tono satírico y ultraviolento que resulta idóneo para deconstruir el género de super héroes, principalmente mediante un tratamiento hiper realista de la acción (por ejemplo, Homelander, el pastiche de Superman, aunque puede volar y tiene una fuerza increíble, no puede levantar un avión en el aire porque carece de un punto de apoyo).
En suma, se trata de una serie interesante y entretenida, que además plantea algunas peguntas con respecto a la naturaleza del poder, el heroísmo y la violencia, aunque esas mismas preguntas son planteadas de manera más satisfactoria en el cómic, que fue, en su momento, tan controvertido e iconoclasta que DC optó por cancelarlo tras seis números.
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Esteban Govea es Maestro. en filosofía, guionista, narrador y poeta. A veces escribe reseñas de cine y televisión. Es autor de El sexto sol, La poética robot y La música cósmica, todos disponibles en Amazon.