Mira el objetivo, anhélalo, piensa en él cada que respires y que duermas.
Bien dicen que el peor enemigo está en nosotros mismos, frenándonos incontables veces por no querer salir de esa zona de confort.
Plantea nuevas metas, si una no funciona, busca otros medios y otra ruta para ejecutarla.
Ya es momento de dejar excusas para dejar de cumplir sueños y todo aquello que niño te prometiste ser.
Es tiempo de compararnos con los demás; cada uno crece personal y profesionalmente a su ritmo, a su estilo de vida, a sus posibilidades, a sus aspiraciones y confianza.
Haz una pausa introspectiva para admirar tus áreas de fortalezas y lo mucho o poco que has avanzado.
Hasta el día en que más deprimido estás, es el que sirve de motor para no volverte a ver así por las mismas circunstancias.
Enamórate otra vez y si no funciona, tómate un tequila. Practica el deporte que siempre quisiste y sorpréndete de ti mismo. Haz 10 sentadillas más. Bebe un litro de agua más. Come esa pizza que tanto se te antoja. Deja de hacer lo que no te gusta. Quédate sordo a las críticas. Acumula lo bueno y aprende de lo malo.
Sé, inspira, motiva, crea, sueña, intenta, tropieza e intenta de nuevo.
