Cuando llueve y el naufragio del amor por Joan Carel

BernardoCid/ArchivofotoFIC2019

“¿Por qué será que sentimos la necesidad de llenar el silencio con palabras y más palabras?”, pregunta Ana a Louis, su esposo, luego de un interrogatorio donde él enuncia palabras y más palabras evadiendo la respuesta obvia: su infidelidad. Esta es la historia de cuatro personas, Louis, Ana, Alan e Inés, y las posibilidades del amor.

Entre escenas ambientadas por una escenografía digital y transiciones precisas por la animación y el trazo de los actores, Cuando llueve narra el ocaso de dos relaciones en un inicio felices, una unida por cálidos y optimistas deseos, otra por una arrebatadora y avasallante pasión. Por una parte, Alan e Inés miran con buena cara la vida, pues entre tantas posibilidades están juntos, tienen una casa, trabajo y luego de cuatro años por fin tendrán un hijo; su lema: “podría ser peor”. Por otro lado, Ana y Louis padecen la frustración y la consecuente ira de descubrir que nunca ha existido entre ellos afinidad, interés ni comprensión.

“Te inventaré palabras insensatas que comprendas”, canta Louis luego de tirarse a la vagabundez para sentir la profunda tristeza de un rompimiento, “me esconderé a observarte”, grita bajo la lluvia melancólico, “no me dejes, hay que olvidar”.

Luego de la muerte de su recién nacido, Inés es un fantasma mudo y el buen ánimo de su marido es ahora para ella una maldición. Que ellos no se sumarán a los números de parejas separadas, que juntos pueden reponerse, que las probabilidades están a su favor, dice él mientras ella se ha quedado sin fuerzas para alegrarse, sin ganas de pensar, sin ganas de volver a amarlo a él.

Entre escenas llenas de absurdo, comedia y drama, además del planteamiento paródico de la probabilidad científica como una especie de antítesis para el cumplimiento del inesquivable destino clásico, la historia puesta en escena bien podría constatar la reflexión de Henry Miller sobre el carácter por excelencia trágico de la comedia y la vida misma. Luego de una discusión nocturna con Alan por un arranque impulsivo donde Inés besó a su imprudente cuñado, a ella le cae un rayo que la deja en coma y finalmente muere ante los ojos de su marido todavía esperanzado por recuperar su estabilidad. “No me niegues el derecho a pelear por nosotros” dice él ante el deplorable cuerpo de su mujer; “no sé qué hacer ante la agonía del silencio”, llora después postrado ante una camilla y más tarde frente a una tumba; “es muy difícil sentir otra cosa que no sea desesperación”, descubre viendo los restos insalvables de su relación.

¿Cuáles son las probabilidades de que perdure el amor? A pesar del lugar común del tema, esta obra escrita por Anthony Black, interpretada por los actores argentinos de la compañía canadiense 2B Theatre, ensaya hábilmente una situación humana tan constante, real y catártica para cualquier espectador. ¿Cómo se fractura el amor? A veces hay agentes y culpables, en otras el fin está marcado desde el principio, en ocasiones depende de las circunstancias, de vez en cuando es producto de problemas silenciados, luchas mal enfrentadas, derechos ignorados, deseos olvidados, fuerzas inexistentes, voluntades vencidas, desgaste, hartazgo, negación, resignación… ¿Cuántos amores van por el mundo naufragantes aferrándose a su herida, acostumbrándose a la soledad encubierta y el dolor? “Voy a hacer albóndigas”, dice Ana conciliadora, luego de su retiro de silencio sanador, para engañarse sobre lo que bien sabe cierto, mintiéndose sobre lo imposible e innecesario: “voy a ser mejor”.

2B Theatre
Cuando llueve​
11 de octubre de 2019
Teatro Juárez

Fotografía: cortesía FIC

Historia Anterior

Equilibrio, música y razón por Joan Carel

Siguiente Historia

Para apreciar mejor JOKER por Mauricio Calderón