Heme aquí,
lealtad ceñida a la libertad.
Sus límites son los de tu piel,
los de quienes han recorrido sus márgenes,
los del tacto que ha dejado rastro;
los del adiós pronunciado amando,
tu libertad.
Yo aquí,
libertad ceñida al amor.
Su espacio será el de tu alma,
el del amante seducido por sus extremos,
el del ex condicionado que la dominó;
el del secreto suspirado confiando,
tu amor.
Hete aquí,
amor ceñido a la pasión.
Sus lindes son los de mi piel,
los de quienes han franqueado sus márgenes,
los del tacto que ha dejado memoria;
los del adiós pronunciado perdonando,
mi pasión.
Tú aquí,
pasión ceñida a la lealtad.
Su tiempo será el de mi alma,
el del amante cautivado por sus filos,
el del ex dudoso que la doblegó;
el del secreto callado cediendo,
mi lealtad.
Henos aquí,
libres,
amados,
apasionados,
leales.