Persona por José Reséndiz

 

Las personas empáticas

deberían tener ciertos privilegios.

como un lugar reservado

en cualquier estacionamiento,

la alacena aunque vacía,

pero siempre con pan y café

y un estante lleno de libros.

De mi parte, podrían alojarse

en mi tórax como la delicada 

membrana que cubre el miocardio.

 

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