"Vivir no es necesario,
lo que es necesario es crear."
-Fernando Pessoa
Una de las composiciones poéticas predilectas de quien hoy cuenta con la dicha de dirigirse a ustedes, es, sin lugar a dudas, una de las muchas producidas por el señor Fernando Pessoa, autor portugués que se consagró, póstumamente, como uno de los más influyentes del siglo pasado.
He llegado a discurrir que mas de alguno de los que por este medio nos damos a conocer y compartimos nuestros sentimientos, ideologías y reflexiones en diversos aspectos, tenemos el común de llegar a dejar nuestra propia marca en el mundo literario, de ser así, entenderán entonces que existe una pequeña espina tribulante, una ligera angustia por el simple hecho de sabernos mortales y limitados en nuestra existencia por un reloj desconocido que no avisa la hora, sino que simplemente ejecuta el mandato de arrebatarnos el aliento en el segundo menos esperado.
Y es precisamente esta verdad universal la que me llevó a dirigir mi atención y favoritismo para el proyecto que entendí como propio al verme identificado, texto de aquel hombre a quien jamás conocí sino por su intrigante obra, puesto que ha sido ésta la que da manifiesto de que alguna vez existió, pues como dijera el poeta y traductor Ángel Crespo: "Aunque se haya dicho hace años, y en más de una ocasión, que Fernando Pessoa no tuvo biografía…su asombroso legado literario ha venido demostrando que sí la tuvo y que fue una de las más secretas, intrigantes y ejemplares de nuestro siglo."
Y es así que les comparto dicho texto que tanto revuelo causa en mi interior:
"Si muero joven
Sin poder publicar libro alguno,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letra impresa,
Pido que, si alguien se quiere preocupar por mi causa,
Que no se preocupe.
Si así sucedió es que así tenía que suceder.
Aunque mis versos nunca se publiquen
Ellos allá tendrán su belleza, si son bellos,
Pero ellos no pueden ser bellos y quedar sin imprimir,
Porque las raíces pueden estar debajo de la tierra
Pero las flores florecen al aire libre y a la vista.
Tiene que ser así por fuerza. Nada lo puede impedir.
Si muero muy joven, escuchen esto:
No fui nunca más que un infante que brincaba.
Fui gentil como el sol y el agua,
Profesé una religión universal que sólo los hombres no tienen.
Fui feliz porque no pedí cosa alguna,
Ni procuré creer en nada,
Ni creí que hubiese otra explicación
Más allá de que la palabra explicación no tiene sentido alguno.
No deseé nada sino estar al sol o a la lluvia
Al sol cuando había sol
Y a la lluvia cuando estaba lloviendo
(Y nunca a ninguna otra cosa),
Sentir calor y frío y viento,
Y no pretender ir más lejos.
Una vez amé, pensando que me amarían,
Pero no fui amado.
No fui amado por una única razón inmensa:
Porque no tenía que serlo.
Me consolé girándome hacia el sol y a la lluvia,
Y sentándome otra vez a la puerta de mi casa.
Los campos, a fin de cuentas, no son tan verdes para quienes son amados
Como para quienes no lo son.
Sentir es estar distraído."
-Fernando Pessoa