Alma, vida y corazón; danza y lengua sefardíes por Joan Carel

Fotografía: cortesía prensa FIC

“La lengua en la que insulto y amo, en la que nazco y muero con cada palabra, en la que me quedo solito aunque en ella busquen hablar los muertos que habitan dentro de mí” fue el mensaje de consonantes vibrantes y vocales cerradas características del ladino (judeoespañol) con el que la Anajnu Veatem, Compañía de Danza Judía en México, rindió tributo, como lo ha hecho durante 45 años, a un pueblo que amó tanto a Sefarad (España), incluso después de haber sido traicionado y desterrado de ella.

“Pero no hemos dejado nuestra tierra, la llevamos en nuestra lengua así como nos hemos llevado las llaves de nuestras casas para cuando nuestros hijos puedan volver” era la sentencia de una mujer esperanzada que se expandía con el frío viento cervantino al igual que la música sefardí y los saltos y giros de sencillez firme y precisa emanadores de libertad en movimiento.

Entre dichos populares parafraseados todavía en el castellano y en toda región hispanohablante, romanzas y cantigas  festivas y elegiacas, la provincia andante baila en todos los niveles y en todos los ritmos,  y en su danza se evocan composiciones y pasos típicos de todos los continentes tanto del presente como del pasado, realzando así la trascendencia regularmente anónima del pueblo sefardí en la cultura occidental, pero lleno también muchas veces de tintes del oriente.

El esplendor sefaradí imperó emotivamente por una noche en la Alhóndiga de Granaditas, aunque auxiliado por la técnica de danza contemporánea que podría poner en tela de juicio su integridad, pero que, así como el impacto y pervivencia de este pueblo en otros,  dan cabida como una  “bien hecha” al eco de una cultura universal en donde todas las demás se encuentran y cuyos elementos van y vienen triunfantes permaneciendo o transformándose, ya sea en la lengua, en la música, en la danza, en la ropa.

Así como Anajnu Veatem rindió homenaje a México bailando el Son de la Negra con una coreografía y un vestuario sefardí, no está de más dejar en estas líneas también un tributo a aquel pueblo actualmente compuesto por dos millones de personas regadas en el mundo, copiando enseguida parte de la letra de una de sus joyas musicales más difundidas y cuyo nombre tituló a este espectáculo en el FIC, “A la una yo nací”:

 

“A la una yo nací, a las dos m'engrandecí. / A las tres tomí amante, a las cuatro me cazí. / Dime niña dónde vienes, que te quiero conocer.  / Si tú no tienes amante, yo te haré defender. / Yéndome para la guerra, dos bezos al aire di. / El uno es para mi madre, y el otro para ti. / Alma, vida y corazón. / Alma, vida y corazón”.


Anajnu Veatem. Compañía de Danza Judía en México
A la una yo nací… esplendor sefaradí
Explanada de la Alhóndiga de Granaditas
9 de octubre. 20 horas

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