Astro de Mateo Kingman Por Alonso Sánchez

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Cambio; siempre nos resistimos a él, pero cuando llega, uno tiene que aceptarlo; con todo y lo que conlleva.

 

La travesía empieza con Umbral; una canción que transmite un sentir religioso, pues su ritmo y letra son tocados como lo serían en un rito católico. La canción es una plegaria que busca contestación del infinito, una oración para saber que somos.

 

Durante nuestra vida pasamos la mayoría del tiempo buscando y buscando quienes somos; la vida se trata de una constante persecución que no tiene fin, pero si final. Es una constante búsqueda de propósito, que solo algunos logran. Pero incluso, la búsqueda en sí mismo es divertida, pues si se vive una buena vida, al final el camino será más importante que el destino. Pues el destino todos lo conocemos, pero las vidas que vivamos dentro de la brecha de la palpitación, es un misterio tan grande como lo que hay tras bambalinas. La humanidad no vive para el final, sino, para los procesos; pues nosotros mismos no somos más que engranajes—no esclavos—al servicio de la vida.

 

Puerta de Sal contiene una fuerte alegoría hacia la muerte, y los cambios que esta suscita. Toma como actor de su metáfora a la serpiente; animal que muda de piel cada cierto tiempo para poder crecer y evadir—aunque sea momentáneamente—la muerte.

 

El hecho de no aceptar la muerte como un proceso más dentro de la vida, es quizá uno de los motivos por los cuales la muerte es el miedo más grande del mundo. El sentir del tiempo que nos da la espalda, y se dirige hacia su inminente final, parece una broma de mal gusto ante los ojos de aquellos que se creen hijos del infinito. Al saber que vivimos una vida irrepetible y que no tenemos idea de lo que seguirá es un arma de doble filo: el vacío y el infinito. Ambas posibles verdades detrás del ultimo suspiro, pero al desconocer dicha verdad, solo nos queda esperar. Y si tengo que esperar tan larga vida, prefiero vivirla con el infinito en mente. Dentro de este instante de tiempo que respiro, puedo cambiar tan veloz como el rayo que parte las ideas y solo quedan las cenizas donde se cimienta la nueva vida. Todo este juego se trata—como el autor mismo dice—de un salto de fe.

 

La última canción de este maravilloso álbum: Astro. Esta canción es aquella que le da nombre a la composición, el tema antes del desenlace. Los versos son breves y hablan sobre como al final del viaje podrás vislumbrar algo parecido a la verdad.

 

El conocimiento nos puede dar ventanas hacia mundos que desconocíamos. El poder ver más allá de un correcto o incorrecto, nos puede dar un mundo vasto lleno de posibilidades. La ignorancia no es una culpa de cruz, es simplemente un fallo de un sistema que se olvida de sus individuos y los aísla, los ata. Por eso, el adquirir conocimiento, es esa llave que puede abrir la cerradura que nos subyuga. Nos libera, si lo usamos correctamente. Es meramente una herramienta para lograr propósitos más altos que el conocimiento en sí. Hay valor y dicha en buscar el conocimiento perse; pero buscarlo para mejorar, es también, digna tarea.

 

Estas reseñas no buscan más que transmitir sensaciones y—principalmente—divagaciones que he tenido al escuchar las canciones. Todo esto es un sentir subjetivo; cambia con cada persona que escucha las melodías. Quizá falto mucho contexto de todo: autor, significado, ritmo, influencias. Pero ese no es mi objetivo. Mi objetivo es mostrarte discos que a titulo personal son de mi agrado. Dentro de este basto mundo, habrá alguien que comporta gustos, y muchos otros, que difieran. El sentido de todo esto es descubrir dichos gustos por uno mismo. Así que te invito a que escuches el disco, y no te quedes con la opinión de otro, busca tu verdad.

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