Autopsia por Gabriela Cano

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Tengo miedo de muchas cosas. En especial a las más propias. A salir de mi habitación con la pijama larga y parecer un fantasma. A verme sin querer en el espejo durante la noche. Aquello que me asusta es mi propio cuerpo cuando parece otro. Cuando no me recuerda al que suelo sentir o ver sobre mis pies. El origen de todo esto quizá radica en saber que no podemos vernos a los ojos más que a través de una superficie de cristal. Cuando era niña me acuerdo que me gustaba caminar sobre mis pasos. Regresar a esas huellas que, al mismo tiempo, nunca podía igualar me producía mucho vértigo porque pensaba que era un doble que existía en y fuera de mi o como si siempre nos estuviésemos persiguiendo a todas horas, todos los días y los años de nuestro tiempo en este mundo. También por eso pienso que las palabras no se equivocan.  La palabra autopsia, ese procedimiento a través del cual descubrimos la causa de una muerte, viene del griego /autós/ 'uno mismo' y /opsis/  'observar'. Es decir, verse a uno mismo.

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