Miro tu foto
en Instagram
y sonrío.
Pienso en lo irónico
que es el Ciberespacio,
porque después
de conocerte a través de él
y compartir contigo
la contraseña de mi perfil,
decidiste irte.
De aquellas pláticas en la madrugada.
No te importó nuestro sueño
de viajar juntos a Venecia,
y desde allá
ver jugar a nuestros nietos
en el jardín a través del móvil.
Amplío tu foto más reciente
Pero, no sé si es la resolución
o mi daltonismo,
lo que no me permite ver
si aún tienes el buen gusto
por el color morado.
Creo que es inútil,
por más que logre remover
los filtros que hay sobre ella
no vas a volver.
No sé en cuántos
Terabait´s
podré olvidarte.