E. por Mari Pineda

Sin citas, fechas conmemorativas o algún tipo de presente.

 

¿Escucharon o leyeron alguna  vez la frase “enamora a un escritor y te hará arte”?

Bien, yo no recuerdo porque medio llegué a conocerla sin embargo; hoy sin puentes para conectar las palabras correctas, la uso.

Intentamos con cualquier tipo de bloque, construir cimientos que nos hicieran permanecer juntos, no solo una vez, para nuestra mala suerte.

Hoy son las 3:38 de la mañana y no sé si lo logramos. Jamás cree algún tipo de texto o lo que sea que hago, para alguna otra persona, al menos no para hacerle saber algo de sentimientos inefables. Lo que trato de decir es que yo no soy el Quijote ni busco dulcineas por las cuales luchar, soñar o cualquier otro verbo que implique una acción con una segunda persona (así sea solo de nombre).

 

Había conocido muchos tipos de romance y no es que fuese yo algún tipo de Dios en amores como Sabina o Silvio Rodríguez. Los conocía porque tenía el infortunio de estar en círculos dañados de humanos inestables. Había conocido muchos tipos de romance; pero no a ti.

En cuanto a amores, sonetos y muchos sobres sin cartas estábamos queriéndonos, no quiero escribir algo que haga parecer que ya no lo hago o ya no me dejo querer, pero así es, estábamos queriéndonos.

Recordaba cualquier tipo de cita, desde las más fallidas hasta las más belinderas (tu entenderás por qué.) Recordaba también los presentes más costosos hasta los más significativos, ya basándonos en clichés. No solo era eso, eran las fechas. Había tristes: las que ya no quisiera transitar por algunas circunstancias fuera de mi razón. Mundanas: Apenas las recordaba y eras coloquiales. Por último las valiosas y en esa categoría entraban las tuyas; si las tuviéramos.

 

Entre barreras imaginarias creadas por tus miedos inexplicados existía yo para ti.

En cuestiones terrenales recibir amor siempre fue más fácil que darlo, solo tienes que extender algún tipo de recipiente para guardar el afecto adquirido de otra persona. El problema y es que es eso; un problema, es que al dar, a la otra persona, una se queda vacía. Esto sucede cuando las cosas no pueden siquiera ser recíprocas, una se va vaciando. No digo que no fuera recíproco de tu parte, pero el miedo que estaba construyendo barreras,  cobraba impuestos por usar sus puentes y al llegar a mi, tu amor ya disminuido, era apaciguado.

 

No digo que no fueras a sentirlo, me consta que lo hacías, que me querías. Hoy pienso ¿Por qué si me querías no podías demostrarlo? No es que me dañaras pero ¿Si no querías dañarme, por qué tampoco lo evitabas? Fanatismo a la negación,  en estos momentos luce como una atractiva forma de llamar a lo que estamos pasando.

Ahora después de contables líneas no sé cómo tergiversar todos nuestros aspectos negativos y es que a pesar de todos los miedos, barreras, fechas intangibles, presentes perdidos y citas imaginaras; estamos juntos.

 Después de leyendas marcadas no nos damos por vencidos y aquí estamos, cual Jim Morrison con Pamela (no, no somos geniales o ricos o buenas personas o talentosos solo tenemos en común la adicción y la mala suerte, lamento decepcionarte) la pregunta verdadera después de esto es ¿Cuándo seremos más valientes y menos arrogantes?

 

Por ello estamos basados en minimalismo.

 

Para Emiliano, de la siempre intensa y dramática Mar.

Fotografía. @fredericforest / Instagram.

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