El choque teológico y científico de la creación del universo. Primer conferencia: ideas sobre el universo. “La teoría del todo” Stephen Hawking. Por Camila Barba

 

El ser humano por concepción ha sido un animal curioso y nato para el conocimiento y la evolución. Desde tiempos ancestrales la pregunta sobre nuestro origen ha sido una base para la continuidad de nuestra especie. Esto lo hemos podido observar desde cómo nuestra cultura fue fundada a partir de diferentes mitos y leyendas que plantean el origen de la vida y del ser humano. Por ejemplo, el Popol Vuh o el mito de la creación de la mitología griega con el huevo primigenio. Así podemos ir indagando en cada cultura y su razonamiento sobre el origen de la vida. Pero, en general, nos encontramos con la misma constante de un misterioso creador o un dios hecho así mismo que se encontrará ante un cuerpo cósmico.

 

“El hombre creó a los dioses a su imagen y semejanza”

Jenófanes, filósofo griego.

 

Conforme va progresando la humanidad se comienzan a estructurar preguntas más complejas con respuestas, a su vez, más complejas. Ya en el 340 a.C. Aristóteles en su libro Sobre el Cielo plantea dos importantes argumentos para defender la teoría de que la Tierra es un cuerpo redondo y no plano, que consistía en la distancia variante de las estrellas dependiendo a la localización y la sombra redonda de la Luna (la cual debería ser alargada y elíptica en el caso de que la Tierra fuera plana).

 

Aunque en el transcurso de la historia, nos hemos encontrado con el enlace del pensamiento teológico y racional, Aristóteles pensaba que la Tierra estaba en reposo, era el sol y los planetas quienes giraban alrededor de ella. La Tierra, por razones místicas, era el centro del universo. Ptolomeo desarrolla esta idea en el siglo I d.C. ofreciendo un sistema cosmológico más completo con nuestro planeta al centro del universo.

 

Por supuesto, que este modelo fue aceptado y adaptado por la iglesia cristiana, ya que ésta imagen del universo coincidía con las escrituras sagradas. Además, este modelo aún contaba con muchísimo espacio y cosas sin resolver, que daban lugar fuera del modelo esférico al cielo y al infierno sin interferir en la teoría de la creación en donde Dios crea a la Tierra y no a lo que conocemos hoy en día como infinitud del universo, por lo que la Tierra o Dios, se encuentran al centro.

 

Mucho tiempo después, en 1514, el sacerdote Nicolás Copérnico propone el modelo cósmico que sitúa al sol al centro del universo. Sin embargo, esto fue de forma anónima para no ser acusado de herejía y a partir de ese momento nos podemos dar cuenta de cómo el conocimiento se volvía una alarma de amenaza para muchos. Esta teoría después fue apoyada y modificada por Kepler y Galileo Galilei. Pero no fue hasta 1687, cuando Newton en sus publicaciones demuestra que los planetas tienen una órbita elíptica alrededor del sol y la Luna alrededor de la Tierra, inhibiendo las fronteras naturales de las otras posturas y la idea de que las estrellas eran objetos fijos

 

Cuando se creía que el universo era estático, la pregunta de su origen era una pregunta meramente metafísica, concluyendo que o bien, el universo había existido siempre o que comenzó en algún momento. En 1929, Edwin Hubble, hace la observación de que donde quiera que estemos mirando, las estrellas se están alejando rápidamente de nosotros, por lo que el universo siempre está en expansión y nunca podrá estar estático. Este descubrimiento nos llevan a lo que se ha sugerido durante tanto tiempo, el origen de todo, ese momento llamado “Big bang”, donde el universo era demasiado denso y pequeño.

 

Habría que dejar de considerar todas las otras teorías porque son muy diferentes a lo que plantea el razonamiento científico. A diferencia de lo que planteó San Agustín, donde el origen de todo fue hace cerca de 10.000 años a.C., cerca de la última glaciación y el  big bang plantea una fecha cercana a 10.000 y 20.000 millones de años. Un universo en expansión, no excluye la figura de un creador, ya que nos podríamos imaginar que Dios creó el universo en el instante del big bang o después, pero no podemos hablar de que lo haya creado antes, por lo que se debe de poner límites a cuando el creador podría haber realizado su “obra”.

 

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