El Club de la pelea: “El consumismo en la sociedad” por Paulina Cuenca-Flámina Films

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“La primera regla del Club de la pelea es… Nadie habla sobre el Club de la pelea”

Aunque ustedes no lo crean, han pasado 22 años, que pudimos ver “Fight Club”, un film que, al momento de su estreno, no cumplió con las expectativas de “Hollywood”, pero con el paso del tiempo, ya es considerada de culto. Contamos con un intro que nos prepara para un viaje psicotrópico por la mente del protagonista, una mente trastornada del humano promedio (Un maravilloso Edward Norton), En el cual nos muestran su lado salvaje, la doble personalidad que representa el carismático con toques de nihilista Tyler Durden (un espléndido Brad Pitt). Al momento de compartir cuadro, implosionara un mundo de violencia descargada e iniciarán el “Club de la pelea” que servirá como grupo de apoyo para gente que cómo Norton están hastiados del confort que es la vida cotidiana.

Nos exponen una crítica social del consumismo exagerado en el que vivimos, él como nos conformamos a intentar llenar huecos emocionales con cosas materiales que no necesitamos, lo podemos notar en el apartamento de Norton, que esta amueblado tal cual como si fuera catálogo de IKEA, este mismo ha sustituido la naturaleza humana, ese instinto que siempre hace que estemos en alerta. Todos estamos valorados conforme a la posición en dónde nos encontramos y lo que tenemos (Casas, autos, muebles, aparatos electrónicos).

Esa es una de las causas por la que una noche Norton y Pitt están peleando y con ello se empiezan a sentir bien, se sienten vivos; retoman esa masculinidad por así decirlo que habían perdido, esa adrenalina que recorre por todo el cuerpo, empiezan a realizarlo más y más grande, y lo llevan a la clandestinidad, que ocurre a escondidas de la sociedad, cómo lo puede ser sótanos debajo de bares, restaurantes, iglesias, edificios abandonados. Que pasan desapercibidos del humano promedio.

Qué poco a poco va tomando la fuerza, dónde nos vamos dándo cuenta que existen muchas personas que siente lo mismo sobre el vacío de sus propias existencias. Qué por fin se sienten comprendidos con sus demás compañeros que poco a poco van despertando de este estado de adormecimiento para evolucionar en el nacimiento de un grupo terrorista con toques nihilistas como lema o visión que se presenta a lo largo del film.

Tyler Durden es la representación clara de los deseos internos de Norton. Harto de la monotonía de su vida, Tyler es todo lo contrario a la personalidad del narrador, él lo empuja a los límites más allá de su sentido común. Todo eso sucede en un estado de shock, cuándo regresa a la normalidad, empieza a ser consiente de todo lo que ha creado él mismo, podemos notar las consecuencias de dejar salir el lado más oscuro de uno mismo y empezar a tratar de enmendar nuestros actos.

El “Club de la Pelea” es un filme brillante, los actos “terroristas” que van de la mano del “¿Y tú que estás haciendo para solucionar tus problemas?”, contamos con una de las secuencias de sexo que no se mostraban en cintas de cine comercial, el humor negro, el horror psicológico y el cómo nos presentan una teoría fascinante acerca del cómo funciona el mundo en el que vivimos.

La única esperanza es derruirlo todo, quemarlo todo…

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