Todo se quema y tus manos son: sumamente cuidadosas al tocarme. En tus ojos las explosiones de los soles, mirando el desastre, las explosiones.
—Te quiero.
Tus pasos levantan brasas
pulsos severos (somos nosotros)
mirando el desastre
el fuego
(despreocupadamente)
—Los dos sabemos que lo que suena es una baliza y no una ballena.
—¡Que estúpido! —me dices.
—Y sí… suena como ballena.
—¿¡Y a quién le importa!?
—De verdad, ¿a quién le importa? —y veo arder
los visillos
en tus ojos
las paredes, el techo; cosas átomos de fuego suspendidos en tus ojos (yo solo miro, a través de tus ojos).
Todo se quema
Me preguntas si nos vamos a fundir como metales, si es una posibilidad; te digo, de alguna manera, que no sabemos si queremos pasar la eternidad juntos, y tú asientes, porque a ti te gusta incendiarte, y a mí me gusta caer
por la ventana
como un pro
cae
como
una sandía tirada del piso 26 se revela
al chocar contra el asfalto.
Ignacio Bravo Vera-Pinto (Chile, 1987). Cursó estudios de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y de Composición Musical en ciudad de La Plata (Argentina). Pasó por el Taller de Escritura a cargo del escritor chileno Yuri Pérez, en San Bernardo, Chile. En 2017 hace su primera publicación en revista Telescopio.