Fin de Luis Por Francisco Márquez

Muchos escriben en estos días del fin de una era, sin embargo, pareciera más un deseo que una predicción. No es extraño querer que las cosas cambien y, desde donde estamos, comenzar una revolución que vuelque el mundo como lo conocemos. Existe la pulsión por el caos, como si fuera la vía natural para buscar una calma mejor y más adecuada a nuestras aspiraciones presentes.

Hay días que se antoja “Acabar con todo” como cuando Octavio Paz escribe:

Dame, llama invisible, espada fría,

tu persistente cólera,

para acabar con todo,

oh mundo seco,

oh mundo desangrado,

para acabar con todo.

Cuando la Francia de Luis XVI, una revuelta popular en 1789 trasformó las historias del mundo, y el elocuente simbolismo de las cabezas guillotinadas del rey y su esposa María Antonieta, servirían de inspiración para muchas otras revoluciones, incluidas las guerras de independencia de los países americanos. “La Revolución Francesa fue el movimiento real y simbólico que sigue inspirando las revueltas, las guerrillas y los actos de emancipación y rebeldía de todo el planeta”, dice Fernando De Ita.

La Libertad guiando al pueblo (1830) es una obra pictórica con características técnicas excepcionales, en las que Eugène Delacroix refleja el “verdadero y auténtico” espíritu de la revolución. El pueblo es una compleja red de interacciones, un sistema autoorganizado que da pie a la revolución política e ideológica más emblemática de la modernidad. La libertad es la más adecuada figura del romanticismo para detonar y organizar al pueblo francés. La representación de la libertad es una especie de nodo-conductor en la red que permite al pueblo autogestionar su propia evolución.

Jöel Pommerat, lleva al Teatro este hecho recurrentemente revisado por la historia, en el que se enfrenta al reto de narrar, a través de una puesta en escena, un acontecimiento que ha sido contado por más de 300 años.

En Ça ira (1) fin de Louis /Todo saldrá bien (1) fin de Luis (Bélgica, 2015) Pommerat dispone en el escenario las diferentes ideologías encarnadas por actores cuyos personajes no son históricos, sino una creación del director. Es, en sus propias palabras, “una ficción política contemporánea” en la que saca de un momento crucial de la historia una vibrante reflexión sobre el poder y sus motivaciones.

Todos los días vemos acciones tramposas e inmorales, vemos cómo hay quien “adelanta” mucho y quienes ni siquiera saben que se podría adelantar; están también los que en medio de la desgracia ajena ven una jugosa oportunidad para tomar ventajas. Hay para quienes, como María Antonieta, la respuesta al hambre del pueblo son los pasteles.

El mundo no se rige por las leyes del pensamiento dicotómico y, a pesar de ello, hay días que se antoja ver el mundo arder, “acabar con todo”; nada tiene que ver con una ira arrebatada y espontánea; es más el desánimo por ver las cosas como son y donde no todo es grato; es el deseo por que el devenir histórico se guie por la libertad y que después del caos, como pasa siempre, todo recupere el orden.

En la obra de Pommerat el caos es esperanzador, después del Fin de Luis, todo saldrá bien.

 

Recomendaciones

Para ver:

Marie Antoinette (2006), dirigida por Sofia Coppola. Protagonizada por Kirsten Dunst, aunque tiene una gran actuación que deja ver rasgos muy íntimos del personaje, está la frívola e icónica escena de los zapatos y los macarrones, acompañada por I want candy, que es un “manjar” visual.

La película está basada en la biografía histórica Marie Antoinette: The Journey de Antonia Fraser (2001).

Para Leer:

Libertad bajo palabra, poemas de Octavio Paz. Con prólogo y edición de Enrico Mario Santí. Editado por Cátedra (Letras Hispánicas) en 2009.

Puedes leer también el poema “Acabar con todo”, fácil de encontrar en línea.

 

Francisco Márquez vive en Guanajuato, México / Realizó estudios en arte y administración. Especialista en gestión cultural. Amante del arte, la arquitectura y el diseño de interiores. En busca de los objetos singulares. Doctorando de Artes por la Universidad de Guanajuato.

Historia Anterior

Colores que pegan fuerte a nuestros corazones Entrevista Valdo Rodríguez

Siguiente Historia

Todo y nada por C. Malagón