Hace poco más de siete días -para no errar en fecha- encontré en algún blog una expresión de Julian Barnes:
"El consejo de los viejos es
como el sol invernal:
Derrama luz pero no calienta".
Posteriormente, Ignacio G. R. 'Gavilán' declaraba que dicha expresión alude a lo que se considera Gap generacional.
Es verdad, de manera casi poética nos permite apreciar una cruda realidad: los jóvenes de ahora poco valor le dan a las enseñanzas que nuestros viejos les pretenden heredar.
¿Por qué lo harían? Ellos crecieron en un siglo que ya murió, en una era de cambios que ya culminó. Resulta anticuado practicar la honestidad, porque en estos días ¿Quien se ocupa en el respeto a los demás? Es absurdo pensar que una sociedad cimentada en valores pueda progresar, lo de hoy es derrochar, derrochar lo mas que se pueda, incluso si ello supone violencia: 'no me voy a dejar, tengo que ser como los demás'.
Porque la juventud actual pelea por igualdad, pretenden escapar de su realidad, porque les es difícil aceptar que algunos tienen más, que otros pueden hacer más, que si quieres algo, te debes esforzar para obtenerlo pero ¿Por qué habrían de trabajar? Papá gobierno es quien debe solucionar los conflictos, incluso a nivel familiar.
No, al carajo los abuelos y sus consejos, estan fuera de lugar, ellos no entienden que es la era del cambio, adiós libertad, hola libertinaje, ¿Quien me va a parar?
Puedo hacer lo que yo quiera, a nadie le debe importar.
Que triste es el camino que va tomando la sociedad actual, si eso es el progreso, prefiero ser parte del movimiento progresista del siglo que quedó atrás, al menos se podía respetar, se podía opinar y nadie se molestaba ni procedían a demandar por ofenderse con la verdad, al menos se podía respirar un aire de tranquilidad general.
