Historia olvidada, historia actual por Joan Carel

ClaudiaReyes/ArchivofotoFIC2019

¿Qué importancia tiene el teatro didáctico? En la actualidad, parece que un teatro de ese tipo –como en la literatura–, ha perdido valía frente a los intentos del arte inmanente; sin embargo, el compromiso social generalmente implícito en la didáctica, bien podría sembrar una semilla de mejora en la consciencia colectiva de la generación creciente. Teatro Alterante de León comprende ese punto y reconcilia en el juego, el teatro, la enseñanza y la crítica.

En el escenario abierto se contemplan los planetas del sistema solar bajo una luz ultravioleta, quienes fueron testigos y partícipes de Una historia olvidada para el pueblo mexicano. Es 1874 y un viaje en el tiempo inicia con el giro de los astros, de cuyo reverso emerge una escenografía nacional. Es época de Sebastián Lerdo de Tejada y de la conformación de la Comisión Nacional de Astrónomos para el estudio del Tránsito de Venus. “¿Apoco se puede cambiar un país sin levantarse en armas?”, pregunta alguno de los personajes y esa idea se configura como la tesis central.

Dos astrónomos, un topógrafo y un fotógrafo son parte del equipo especial enviado para gestionar y llevar a cabo su investigación en Oriente. La puesta en escena relata la historia de su nombramiento, sus peripecias marítimas, su llegada a Japón, una magistral demostración de los fenómenos planetarios con aros y listones, el momento y el proceso de la observación y, finalmente, el informe de los resultados. 

Llena de momentos de humorísticos, la mayoría detonados por las reflexiones del personaje acote, un joven de pueblo esperanzado y entusiasmado por los descubrimientos, transcurre la historia donde los actores, adultos ya entrados en años, dan muestra de su facilidad de enseñanza a través de la palabra, como el profesor querido de todo niño por la pasión puesta en la sencillez de su cátedra. Entre las butacas, los niños también ríen impresionados.

“De nada nos serviría creernos seres únicos y excepcionales; perderíamos la libertad de conocer el mundo de una manera distinta”, dice el emperador japonés a manera de venia para el proyecto astronómico, apelando a la fraternidad que brinda la ciencia para las naciones, al mismo tiempo que condena el estruendo de las armas, simbolizado por un personaje francés, quien también busca ese permiso para incrementar el poderío europeo.

El equipo de investigadores lamenta la inexactitud de sus estudios, cosa que el emperador resignifica enseñándoles que incluso los fracasos son logros que acercan al éxito y, en México, el presidente y Melesio, su fiel admirador rural, aplauden la determinación fundadora de una nueva línea de estudios y su amor al conocimiento. Lástima que poco después comience el movimiento armado encabezado por Porfirio Díaz, y ese gran avance se eche al olvido a causa de la violencia y la consecuente falta de interés y financiamiento.

Melesio camina nostálgico. Ya no usa su ropa de manta ni huaraches, sino un modesto traje y unos anteojos. “La violencia ha vuelto y nadie está interesado en la ciencia; si no hacemos algo, nadie volverá a tener la oportunidad de descubrir y experimentar”. ¿Será esa historia olvidada distinta a la que se vive ahora, donde los niños juegan a ser narcos, a matar gente, a insultar según su conveniencia para parecer el más fuerte, donde son pocos quienes saben leer, no se diga un libro culto, sino la infinidad de memes violentos tan graciosos ante sus ojos, la miseria integral que en todas partes impera? En el presente también se olvida, se ignora, se omite…

El joven estudia diligente un libro al pie del escenario; luego contempla al fondo, parsimonioso, el destello del horizonte planetario.

Teatro Alterante de León
Una historia olvidada
22 de octubre de 2019
Auditorio de Minas

Fotografía: cortesía FIC

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