INHUMANOS Luis Soto

Imagina que no puedes volver a emitir un sonido en el resto de tu vida. Ni un suspiro. Ni un bostezo. Ni una sola palabra. Nunca. Luego, imagina que te dan una oportunidad de hablar. ¿Qué dirías?” 

 –Inhumans, Jenkis-Lee, Marvel.

 

“Inhumans”, es la historia que convirtió a Paul Jenkins y Jae Lee en estrellas dentro del mundo del cómic y que,  les hizo ganar un Eisner. El punto de partida de los Inhumanos, en propias palabras de Paul Jenkins: “…son una serie de sorprendentes criaturas sobrehumanas que viven en una superciudad lejana, y no pueden estar más alejados socialmente del resto del planeta. Cada uno de ellos desarrolla un poder maravilloso que define su clase social, su rey nunca ha sido derrotado en batalla y tienen un montón de trogloditas bajo la ciudad que hacen todo el trabajo sucio mientras ellos andan ahí arriba bebiendo piña colada. Muy parecido a la vida real.”

Ahí tenemos a un grupo súper poderoso que fue olvidado prácticamente luego de su creación teniendo historias sin pena ni gloria. Un guionista novato en un nuevo sello de la editorial;  intentarían darle nueva vida, poniendo al límite las capacidades de cada Inhumano en ella. 

Lo primero es explicar el equipo, su personalidad y cualidades. 

Empezamos con Black Bolt,  regente supremo de los Inhumanos,  que nunca ha sido derrotado en combate. Maximus, hermano de Black Bolt: loco, cuya mente resuena en un plano apartado de la eternidad. Karnak, ese consejero capaz de encontrar cualquier falla en cualquier sistema. Medusa, esposa de Black Bolt, que debe hablar por él cada que lo necesite; pero desconoce lo más profundo de su alma. Y, por último: Gorgón, militar consagrado a la protección de todos los Inhumanos a toda costa. 

La trama se centra en Black Bolt enfrentando su más grande reto: salvar a su ciudad y a su gente, de varios peligros; cada uno de ellos, con capacidad de exterminar los cimientos mismos de Attilan. La historia de Jenkins logra muy bien presentar a los personajes, ubicarlos dentro de su contexto y mostrar su conflicto. ¡Incluso con Mándibulas!, el perro de la familia real que tiene su protagónico en un número y es esencial para el desenlace. Sin embargo,  pienso que el hecho de ser realmente una historia muy sencilla, podría haber sido contada en menos números; ya que pareciese que se enfoca más en explicar, por qué no hay solución, que en sustentar la trama del conflicto. 

Lo genial de esta historia, es el contraste entre Black Bolt,  -quien siempre se observa callado- y su hermano Maximus -que no para de hablar en cada viñeta-; que, unidos por sangre y destino, se ven obligados a odiarse mutuamente, en un perpetuo conflicto que no conoce limitantes para su disputa al trono – ¿Alguien recuerda a Loki? -. Dos personajes tan diferentes, tan polares, tan diversos, obviamente, tenían que resultar enemigos.

Las “conversaciones” entre estos dos súper seres, que se aman y odian a la vez, tienen un tono y mensaje que el escritor exploraría y perfeccionaría en sus miniseries: del personaje Sentry, la primera con el mismo Jae Lee y la segunda con John Romita Jr.  Tal vez la mejor forma de entender esta serie; es que, es una serie sobre personajes puestos al límite de sus capacidades: Ahí tenemos a Black Bolt, todo poderoso, sin tener la posibilidad de desatar su furia para destruir todo a su paso.  A Karnak, sin la posibilidad de encontrar cómo reparar Attilan.  Maximus, el loco manipulador, paradójicamente siendo “manipulado”. O a Gorgón, el General Supremo del ejército, condenado a destruir aquello que define su propia existencia.

Aunado a lo anterior, Jae Lee; nos presenta uno de sus primeros trabajos como dibujante,  con el estilo que hoy en día le conocemos. Con estos personajes que parecieran ser estatuas vivientes de dioses distantes y con profundos contrastes.  Yo recuerdo haber visto muchos de los dibujos por primera vez y pensar que eran asombrosos… hoy, casi veinte años después, pienso que carecen de espectacularidad. También se nota una falta -casi absoluta- de fondos y de vez en cuando, una torpeza narrativa, que hoy, difícilmente haría que la serie resaltara, además de perspectivas inusuales y el enfoque a los personajes sigue siendo muy peculiar, pero poco extraordinario comparado con su trabajo actual. 

Tal vez la razón por la que esta serie ganó el Eisner,  es porque los Inhumanos son unos personajes de los que no se tenía ninguna expectativa y ver por primera vez esos dibujos de Jae Lee en una historia con trama interesante, era digno de leerse. Pero para nada es la mejor historia que he leído de Jenkins ni el mejor trabajo que he visto de Lee. 

A pesar de todo eso, es asombroso lo que un par de personas talentosas pueden hacer con unos personajes perdidos, olvidados y tan difíciles de manejar. -Tan difícil de manejar-, que estoy seguro que su serie de televisión sólo existiría, porque previamente, ya existió este cómic. El mismo Paul Jenkins sólo tuvo un par de historias para entender a los Inhumanos.  Ya con la serie, después de leer el cómic y ver los avances, mi mejor suposición es: que la trama es una especie de precuela a esta historia. La historia de cómo Maximus organizó una revolución y terminó en las mazmorras. Si logran entender a los Inhumanos; -la mitad de bien que Jenkins y Lee-, seguramente será muy disfrutable, pero sinceramente no tengo muchas expectativas. 

Al fin y al cabo, la historia trata exponer un problema ético. Si fueras todopoderoso y si tuvieras la capacidad de destruir todo aquello que te dañara; ¿elegirías destruirlo todo?, o ¿tendrías compasión por aquellos que intentaron dañarte?  Si tuvieras compasión… ¿para qué tenerla?  Si tuvieras poder y sabiduría ilimitado, -pero supieras que, para salvar a muchos, tendrías que dejar morir a pocos-, ¿tomarías esa decisión?…

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