Bien, todos creemos que es fácil emprender un viaje donde el sedero esta poco iluminado o varias veces nulo, con oscuridad creciente, dedicarte al arte…
Hacer arte, suena muy sencillo posiblemente tomar algunos pinceles, libretas, guiones, pasos forzados, o cualquier otra herramienta que infiera en tu trabajo, en tu portafolio; esto suena como una acción simple, pero ¿Qué hay detrás?
Los que estamos de este lado (humildemente hablando claro está) sabemos que es más que eso, es crear más caminos en la cultura, en una ciudad blanca a base de negros.
Pero, ¿Te has preguntado alguna vez, lo fácil o difícil que puede llegar a ser? Bien empecemos con la acción de ir contra corriente, renunciar a los ideales de una sociedad que aspiran a que tengas una profesión certificada por algún instituto educativo, bien, no digo que este mal; incluso creo y reconozco en el gran esfuerzo de las personas que así lo hacen.
Para las personas que se encaminaron solas, sin algún tipo de guía más el mero gusto de hacerlo es demostrarte a ti mismo y a los demás que puedes hacerlo, que eres bueno y posiblemente el paso más difícil de esto es confiar en ti y en lo que haces. Ir contra corriente es laborar por mero gusto en tus inicios, es no tener una base. La frustración, muchas veces ansiedad y varias otras; resacas mentales, vienen gratis cuando decides hacerlo.
Tomaremos dos ejemplos bajo normas de una sociedad que ejerce presión constante.
La diferencia entre fotografía artística y fotografía profesional.
Fotografía artística:
Conozco a una pequeña gran persona con talento reconocido por pocos, va disparando flashes ante cosas simples, coloridas y conceptualistas. Capturando momentos y pequeñas cosas ur
banas. Tomando fotos por días, buscando ángulos, locaciones y sentimientos dentro de su cama, muchas veces low cost.
Lo que la diferencia entre fotógrafos profesionales es la falta de insumos, eso es hacer arte, la pasión de hacer que los demás vean lo que sientes y habilidades que posees sin que alguien te remunere muchas veces por esto. Los fotógrafos profesionales, aquellas personas que disparan flashes ante eventos formales, cumpleaños o celebraciones efímeras hacen tal vez lo mismo, pero es solamente negocio.
Es, para aquellos que hacen slam de poesía, aprenderse un gran poema sin obtener una calificación educativa, fotografías nítidas para un marco aun invisible, escribir para entornos no remunerados, pintar sobre lienzos apenas visibles para los demás, recitar para un teatro vacío.
Ir contracorriente es ser lo que eres, mediante lo que amas con el continuo rechazo de algunas personas escépticas de ti, pero al final del día, cuando ves tu trabajo y te gusta, es lo único que vale verdaderamente la pena.
Todo eso es ir contra corriente…
Fotografías:
Gamaliel Ramírez // @dissemos vía Instagram.
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