Solo de tanto en tanto, se nos concede atestiguar el momento en que cielo y tierra se tocan.
En ese encuentro, la belleza se manifiesta como un destello que se expande y se ahoga al mismo tiempo.
Es preciso estar atentos: abrir los ojos, parpadear, comerse el instante para desmenuzarlo luego.
Es un atributo fotográfico estar en vela cuando los opuestos se encuentran; cuando la materia,
con una danza, es capaz de vencer el ancla terrestre para conquistar lo que nos fue vedado: el vuelo.
Es necesario vencer la luz atroz de una instantánea cegadora para devolverle a la sombra su presencia luminosa,
su razón de ser como el silencio que potencia la nota. Es justo estar, notar, guardar, amplificar lo estático y ceñir el movimiento.
Esa es la alquimia de Iván: saber medir el cuerpo que se desdobla llenando el vacío; abstraer la nueva
geografía del ser permutado como una escultura que va a mimetizarse, a no ser nunca de una sola forma.
Es el acuerdo, es el lenguaje convenido entre imagen fija, el ánima que danza y el escenario que no es
pasivo cuando se ondula para ser atrapado.
Tan solo ver es nada si no se transforma en un rito y un rito es poca cosa si no cruza las aguas de un río llamado tiempo:
esa sensación de infinito. Iván vence la tentación del objeto a esfumarse y del momento que se inhibe apenas comienza.
Es fotógrafo y lo sentencia con este lenguaje tangible; al fin, palabras que no se agotan.
Sobre el autor.
Licenciado en diseño gráfico y fotógrafo nacido en 1988 en Cd. Juárez, Chihuahua, Iván Villagrana es un joven que desde la adolescencia se interesó por las artes, principalmente por la música y el dibujo, lo que lo llevó a licenciarse en diseño gráfico, y en 2016 a acercarse a la fotografía artística y de retrato.
En su corta pero no menor trayectoria, ha expuesto su trabajo en una galería de Berlín, Alemania (2018) y su obra fue publicada para el libro JPGBOOK de España (2018), también cuenta con 3 exposiciones individuales de la serie ¨México ArteNativo¨ en Guadalajara.
Un artista emergente para quien lo más importante es la conexión con el ser humano, capaz de nadar en las profundidades del alma y mostrarnos un poco del mundo interior en una fotografía. Para él la belleza está en todo si sabemos cómo mirar; Por medio de la expresión corporal, el retrato psicológico, la experimentación de la luz y su técnica fotográfica, Iván busca llevar un momento común hacia lo divino, su trabajo es un puente entre lo interior y lo exterior del ser.