Javier Camarena es una estrella en ascenso. Su voz en este momento está considerada como la mejor, de acuerdo con la critica especializada de ópera a nivel mundial. Ha pisado todas las ciudades que se pueden reconocer como capital del arte y la cultura. En su lista destacan: Nueva York (MET), Los Ángeles (LAOpera), Italia, España (Liceo de Barcelona y el Teatro Real de Madrid), sin dejar de mencionar Londres y el lugar le dio el honor que siempre tuvo, Suiza con el Estudio de Ópera.
En todos los continentes se habla del carisma, su carrera y su gran voz. Confía firmemente en todo su talento seguro por eso sigue conservando su amabilidad y sencillez que lo hace único. Es una voz joven, conservada, educada. Con mucho valor de aprender. Está en la vanguardia de la nueva ópera, con adaptaciones que ponen en jaque lo acartonado que en ocasiones parecerían estas puestas de escenas.
En ese sentido no puedo dejar de mencionar el excelente trabajo que LAOpera ha realizado, con adaptaciones, juego de roles, nuevas perspectivas, el unir dos artes escénicas como la ópera y el ballet. Javier Camarena es la cereza en el pastel en esta temporada post-pandemia 2021-2022.
El tenor mexicano deleitó a los asistentes con un programa hermoso que recogía la excelencia del repertorio operístico, entre obras en frances e italiano en la primera parte y un programa en español con zarzuelas y piezas recién compuestas para terminar con piezas mexicanas, que fueron aplaudidas por el público. Acompaño por su amigo fiel y pianista de cabecera, Ángel Rodríguez, dieron catedra de su gran talento.
Camarena ha sido aclamado como una de figuras predominantes del Bel Canto y con ella su papel de Tonio de la ópera “La Hija del Regimiento”. Sin embargo, esta es la punta de iceberg de una gran carrera que se consolida por más de 20 años de experiencia. El recital fue en cierta manera corto, pero lleno, comparado con el concierto que ofreció en el cierre del Festival Internacional Cervantino en 2019.
Las primeras piezas daban fe de la gran capacidad que tiene el tenor para interpretar música académica. El pianista Ángel Rodríguez interpretó al piano solo, un arreglo realizado por el mismo a la muy conocida Habanera de George Bizet de la ópera Carmen. Esta pieza fue alegre, la llevo con una candencia que iba creciendo y que pudo por completo conseguir aplausos y mas de una persona de pie.
En la segunda parte de concierto la cerraron varias piezas en español, de la zarzuela española “El Guitarrico”. Se escucho “Serenata” de El Trust de los Tenores, “Te quiero, Morena” que el publico no pudo esperar a terminar la pieza cuando ya tenia parte del público conquistado y de pie en reconocimiento a su gran labor.
Para cerrar, interpretó del repertorio popular mexicano “La Malagueña” una pieza de Pedro Galindo. Esta pieza representa un género vernáculo que se distingue por el falsete o un alto forzado. Los falsetes de Javier eran espectaculares, definidos, firmes y finos, de larga duración.
Como melodía de cierre se tenía programado Serenata Huasteca del gran José Alfredo Jimenes, una obra que, por menos decirlo, es hermosa. Es una declaración de amor, una oda a la insistencia del caballero que hoy perfectamente lo podríamos interpretar como acoso.
El Encore, era seguro que ocurriera y para ello, se preparo 3 obras de mujeres compositoras: Ema Elena Valdelomar, Consuelo Velázquez y María Griver. Todas ellas mexicanas con canciones que forman parte del imaginario colectivo. Dichas mujeres poseen esa atmosfera de imaginarnos dentro de algo que llaman amor.
“Mucho Corazón” de Emma Elena Valdelomar es una pieza interpretada por un sinfín de personas. La interpretación más conocida de esta melodía se le atribuye a Luis Miguel, pero se queda corto con la capacidad de Camarena. Me hizo llorar con uno de sus versos “Dar por un querer la vida misma sin morir eso es cariño no lo que hay en ti”.
Todo el mundo suponía que de Consuelo Velázquez se interpretaría “Bésame Mucho”, obra cumbre del bolero y romanticismo mexicano. La sorpresa fue que dio cita a una melodía con una confección perfecta “Franqueza” una pieza directa, sobre terminar un amor, porque la vida no puede ser si no es con sinceridad, aunque parezca un descaro, ya no te tengo.
De Griver, la mejor, “Júrame” una pieza más que conocida, pero igual de vigente. Una oda al amor, al amor eterno, al encuentro de dos seres, a la necesidad de ser uno mismo, al besar como nadie te ha besado, a querer hasta la locura.
El concierto vibro de principio a fin. Fue una tarde hermosa con un gran numero de asistentes, pero muy pocos latinos. Hacia algo de calor, pero no atosigaba. La tarde la cerramos con comida peruana y algunos tragos que nos reafirmaron la mejor tarde de nuestro mes.
