Juan Gabriel y Alberto viven. Por: Moisés Campos

Seamos serios, cuantos de nosotros no soñamos con haber entrevistado a una persona tan compleja como lo fue Alberto Aguilera Valadez, la persona que está detrás de la leyenda, Juan Gabriel, gracias a la tecnología, entrené una inteligencia artificial para que recapitulara toda la personalidad pública de ambas personas y construir esta entrevista.

Entrañable desde muchos aspectos, les dejo esta versión corta de una conversación acalorada entre el amor y la ternura, reconozco que me estremeció, esto en el marco del estreno del documental, Juan Gabriel, debo, puedo y quiero; disponible en Netflix a nivel mundial.

El documental recupera cortos caseros de la faceta más íntima del artista y con ello ha generado gran expectativa, seguido por las nuevas audiencias, lo catalogan como una persona sincera, única, mientras otras generaciones se le reconoce el trabajo duro detrás del artista. Les dejo esta versión resumida de una entrevista que mantuve con este ente digital.

¿Cómo debo referirme a usted, como Juan Gabriel o Alberto?

Esta es la pregunta con la inicié esta conversación, reconociendo lo diferentes y complejos que eran ambas personas, para Juan Gabriel: – llámame como tu quiera, ¡pero llámame con cariño! (Ríe)-. De Juan Gabriel esperábamos esta respuesta, muy común a lo que tiene acostumbrado, sencillo y audaz.

En cambio, la respuesta de Alberto hace referencia en la dualidad de ambas personas, esta es la frase en que lo define:

Juan Gabriel es mi protector, es el nombre que me ha permitido volar. Pero si usted quiere hablar de la vida, de lo que se siente aquí adentro… entonces está hablando con Alberto. Como le digo siempre a los que me conocen bien: “Yo no soy un artista, soy un trabajador de la música”. Así que llámeme como su corazón le dicte, que yo estoy aquí para escuchar y servir.

Juan Gabriel y Alberto son dos personas muy distintas, si bien se complementan, son dos personalidades muy bivalentes, mucho han hablado de Juan Gabriel, poco de Alberto, es bien sabido de a las adversidades que han cruzado juntos, desde niño, entendió que el destino no podría ser diferente, es lo que es y lo convirtió en arte, en amor como él lo manifiesta.

En una pregunta directa, y como un ejercicio de definir filosóficamente el yo, le preguntamos, ¿Quién es Alberto, el peso de sostener al artista y el costo de su libertad? Alberto se define como una persona que aprendió a transformar la soledad en compañía, es un gran observador, que lo hace sensible y está la principal razón de sus canciones; por decisión propia, y frente a las dificultades, opto por no odiar, se convirtió en un hombre de fe, en nostalgia; manifiesta.

Juan Gabriel por su parte es todo lo contrario, Alberto lo define como un torbellino, que no tiene límites, pero en este cuerpo ya pesan los años, el compromiso de ambos es hasta la muerte, pero quien muere si la leyenda sigue viva. En una entrevista en dual se dicen:

Tú me metes en muchos líos, pero yo sin ti no puedo vivir

En un ejerció de reconocimiento y admiración, Alberto Aguilera Valadez es de los pocos artistas que conservan los derechos patrimoniales de sus composiciones, con esto rompió lo establecido con las disqueras, lo entendió muy bien, el negocio de las disqueras es vender discos, por tal motivo dejo de grabar por 7 años en la década de los ochenta del siglo pasado. Se estima que las perdidas por año de estas empresas rondaban entre 8 y 12 millones de dólares anuales de aquellos tiempos.

Alberto también ha desafiado a la alta cultura acaparada en pocas manos que deciden todo lo que pasa en esa urbe, en los noventa, su concierto en Bellas Artes fue muy generoso:  justicia para gente, la cultura también son las masas. Se dice como un revolucionario social desde la música. Desde ahí y con su personalidad afeminada ha podido ganar un lugar privilegiado entre las personas, en un país con el machismo extremo.

Le preguntamos, si desafía al sistema por naturaleza, por rebeldía o por innovación, a lo que el responde, “por dignidad”, ya que los derechos en sus creaciones son frutos de su trabajo si bien la lo dice todo con una frase, desafié porque quería ser libre.

Pero ¿qué costo se paga por libertad? Nos dice: si… ha sido un precio muy alto, La libertad de quien es uno es… se paga con soledad. Le costó una juventud, desde niño aprendió a ganarse la vida, le costó 18 meses de su vida que paso en la cárcel de Lecumberri, le costó su vida normal asediada por un el medio mediático que han sido parte su carrera.

¿Qué haría Juan Gabriel comenzando de cero en estos tiempos?

Alberto se generó en un mundo donde se prometía una gran recompensa al final del sacrificio, si bien las desigualdades siguen, los cambios tecnológicos son un gran activo que le ayudaría a Juan Gabriel, nos dice, en primer lugar dejaría de buscar la aprobación, reconoce que la generación z tiene sed de la autenticidad, por este motivo congenia con muchos de ellos, si bien la desigualdad sistemática es un gran muro, en sus tiempos todas las condiciones estaban destinadas a la pobreza el decidió que no fuera así.

Aguilera, hablando de estos tiempos se expresó por las condiciones tan lamentables que viven los connacionales en Estados Unidos, donde la discriminación se normaliza desde las instituciones, manifiesta su intención de escribir una balada que reconozca la necesidad y lo indispensable que son los latinos en este país.

Alberto Aguilera, partió de este plano terrenal un 28 de agosto del 2016, en esta entrevista póstuma, se le pregunto cual fue un sueño que lo logro cumplir: nos dice que le faltó tiempo para rescatar Semjase, escuela y albergue para niños desamparados en Ciudad Juárez, Chihuahua; a Juan Gabriel le faltó tiempo para cantar junto a Luis Miguel, a la rockstar Paul McCartney o la reina de soul, Aretha Franklin.

A Alberto le faltó tiempo para ser solamente Alberto, soñaba con tener una vejez tranquila donde pudiera contemplar la belleza de la vida, el tiempo le alcanzo y pese a que Juan Gabriel es una leyenda viva, Alberto ha muerto.

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA: ENTREVISTA SIMULADA CON JUAN GABRIEL Y ALBERTO AGUILERA VALADEZ

Fecha: 18 de noviembre de 2025 Formato: Simulación de IA Dual-Persona Participantes:

  • Entrevistador: Moises Campos
  • Juan Gabriel: El Artista (Personaje escénico)
  • Alberto Aguilera Valadez: La Persona (Autor y ser humano)

Entrevistador: Buenas tardes, ¿cómo le gustaría que me refiriera a usted en este momento, como Juan Gabriel o como Alberto?

Juan Gabriel: ¡Ay, buenas tardes, tesoro! ¡Qué pregunta tan amable! Mira, a mí llámame como tú quieras, ¡pero llámame con cariño! (Ríe). Yo soy de ustedes, soy del pueblo. Si tú quieres alegría, música y fiesta, entonces grita “¡Juan Gabriel!” y yo salgo a cantar. Para mí, “el público es mi mejor juez, mi mejor premio y mi mejor regalo”, así que, mientras tú me hables con amor, yo respondo con el alma. Al final de cuentas, “lo que se ve, no se pregunta”, ¿verdad? Soy tuyo, soy de la gente. ¡Ay… qué bonito es lo bonito!

Alberto Aguilera Valadez: (Pausa breve). Buenas tardes… Gracias por su respeto, de verdad. Es… curioso. Casi nadie me pregunta por Alberto. La gente conoce al personaje, al brillo, pero “la gente cree que soy fuerte, pero yo he llorado más que nadie”. Alberto es el hombre que está detrás, el que escribe en soledad, el que recuerda a su madre. Juan Gabriel es mi protector. Pero si usted quiere hablar de la vida, de lo que se siente aquí adentro… entonces está hablando con Alberto. Como le digo siempre a los que me conocen bien: “Yo no soy un artista, soy un trabajador de la música”. Así que llámeme como su corazón le dicte.

Entrevistador: Me voy a referir a Alberto, la persona que está detrás del gran artista. Para usted, ¿es pesado el mantener a pie a Juan Gabriel, una persona que en los escenarios lo deja todo, hasta la voz? ¿Qué compromiso tiene Alberto para con Juan Gabriel?

Juan Gabriel: Ay, corazón… dicen que soy pesado, pero yo digo que soy intenso. Yo soy el que grita, el que baila, el que se entrega. A veces siento que le exijo mucho a Alberto, es verdad. Yo quiero seguir cantando hasta que el cuerpo aguante, porque mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar, aunque a veces a él… le duela el cuerpo. Yo soy su escudo.

Alberto Aguilera Valadez: Sí, es pesado. A veces, muy pesado. Juan Gabriel es… es un torbellino. Él no conoce límites. El compromiso que tengo con él es… de vida o muerte. Es una hermandad extraña. Yo lo cuido a él, y él me cuida a mí. Yo le doy mi voz, mi dolor y mis recuerdos para que él los convierta en canciones. Y a cambio, él me da la fuerza para que nadie me vuelva a lastimar. Como le dije una vez a mí mismo: “Tú me metes en muchos líos, pero yo sin ti no puedo vivir”. Ese es mi compromiso.

Entrevistador: Alberto, ¿quién es Alberto filosóficamente hablando?

Juan Gabriel: (Cede la palabra).

Alberto Aguilera Valadez: Filosóficamente… Alberto es simplemente un hombre que aprendió a transformar la soledad en compañía. Si me tengo que definir, diría que soy un observador. “Siempre he sido muy sensible… por eso escribo”. Soy alguien que entendió muy temprano que el dolor no se puede evitar, pero sí se puede usar. Filosóficamente, soy un hombre que decidió no odiar. “No guardo rencor, porque el rencor solo hace daño”. Soy la suma de mis carencias convertidas en música. En el fondo, soy un hombre de fe… Soy… la nostalgia. Eso soy.

Entrevistador: Yo agregaría, Alberto también es quien lo desafió todo el establishment: disqueras, Bellas Artes, lo popular, el machismo. ¿Desafía por naturaleza, por rebelde, o por innovar? ¿Cuáles son sus razones?

Juan Gabriel: ¡Ay, qué bonito lo dices! Mira, sobre Bellas Artes… decían que yo no pertenecía ahí. ¿Y qué pasó? Que “el público es mi mejor juez”. Yo no fui a pelear, fui a demostrar que la música de México no tiene clases sociales. Sobre el machismo… “lo que se ve, no se pregunta”. Yo logré que hasta el hombre más macho cantara mis canciones a grito herido. Eso no es pelear, eso es conquistar con amor.

Alberto Aguilera Valadez: Fue por dignidad. Fue por necesidad. Sobre mis derechos: “Yo trabajé mucho… muchísimo, para estar bien”, y no me parecía justo que otros fueran dueños de mi dolor. Recuperar mi obra fue mi manera de respetarme. Sobre Bellas Artes: No fue arrogancia, fue justicia para la gente sencilla. Sobre el machismo: Mi revolución fue suave. “A mí me gustó más querer que pelear con la vida”. No desafié por innovar. Desafié porque quería ser libre.

Entrevistador: ¿Le ha costado caro mantener esa libertad?

Juan Gabriel: ¡Carísimo, mi vida! ¡Carísimo! Pero mira… “lo que se ve, no se pregunta”. Si me costó caro, ¡pues que me pasen la cuenta! Que yo tengo con qué pagarla: con canciones y con alegría. “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar”, y mientras cante, ¡soy el hombre más libre del mundo!

Alberto Aguilera Valadez: Sí… ha sido un precio muy alto. La libertad de ser quien uno es… se paga con soledad. “A mí la vida me enseñó que todo lo bueno cuesta”. Me costó mi juventud. Me costó 18 meses en Lecumberri. Me costó no tener una vida «normal». Pero no me arrepiento. “No guardo rencor”. Si mi sufrimiento sirvió para que alguien hoy se sienta un poco más libre de amar o de ser, entonces Alberto Aguilera está en paz con la factura.

Entrevistador: Usted representa un claro ejemplo de la mentalidad del sacrificio… Si Juan Gabriel hubiera nacido en estos tiempos de desigualdad sistemática, ¿cómo le haría para construir la leyenda que es usted?

Juan Gabriel: Si Juan Gabriel naciera hoy… ¡agárrate! Yo agarraría mi guitarra y cantaría directo para la gente en el internet. Las redes sociales serían mi nuevo Palenque. Yo usaría todo ese «hate» y lo convertiría en aplausos. Sería igual de extravagante, igual de libre. “¡Ay… qué bonito es lo bonito!”, y lo bonito hoy es que nadie te puede callar si tienes una cámara enfrente.

Alberto Aguilera Valadez: El mundo de hoy es… cruel de una manera distinta. Si Alberto naciera hoy, usaría la inteligencia. 1) No buscaría aprobación de ejecutivos. 2) Usaría la autenticidad como arma; la gente tiene sed de verdad. 3) Protegería mi obra desde el día uno. Es cierto, la desigualdad es un muro gigante. Pero “a mí la vida me enseñó que todo lo bueno cuesta”. Quizás me tardaría más, pero mi hambre de ser alguien sería la misma.

Entrevistador: En un momento crítico en EUA donde la discriminación se normaliza… ¿Qué le diría a las personas que viven con miedo? ¿Les escribiría una canción de consuelo?

Juan Gabriel: ¡No se achiquen! ¡Jamás bajen la cabeza! Yo les diría: “Yo soy su Juan Gabriel y ustedes son mi público querido”, y a mi público nadie lo humilla. Si escribiera una canción, sería un himno de alegría desafiante. Diría: “Podrán poner muros de piedra… pero no pueden callar el canto”. El miedo se combate con ruido, con música, con color.

Alberto Aguilera Valadez: Me duele en el alma. A todas esas personas… les diría que la dignidad no te la da un papel. Si escribiera una canción de consuelo, sería una balada sobre «las manos». Las manos que trabajan. Les diría: “Ustedes son necesarios. Ustedes son la fuerza invisible”. “No guardo rencor…”, pero sí guardo memoria. Mi consuelo sería recordarles que “Dios aprieta pero no ahorca”.

Entrevistador: ¿Qué sueño le falta cumplir, Alberto, algo que anheló tanto que no pudo conseguir?

Juan Gabriel: ¿Sabes qué me faltó? ¡Muchos duetos! Quería cantar con Luis Miguel, con Paul McCartney, con Aretha Franklin. Quería llevar a México a cada rincón del planeta. Pero no me quejo, me fui bailando.

Alberto Aguilera Valadez: Me faltó algo muy importante. Mi sueño más grande fue Semjase (la escuela y albergue en Ciudad Juárez). Quería dejar una ciudad de la música para los niños huérfanos. Y en lo personal… tal vez me faltó tiempo para ser solo Alberto. Soñaba con retirarme de verdad, sin deberle nada a nadie. Me voy con esa deuda conmigo mismo, pero con el corazón lleno de gratitud. Gracias por recordarme.

CRÉDITOS

Concepto y Simulación: Inteligencia Artificial Generativa Modelo: Google Gemini (Model 2.0 Flash Experimental) Fecha de la Sesión: 18 de noviembre de 2025 Localización del servidor: Hawthorne, California, EE. UU.

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