Kingsman:​ ​Golden​ ​Circle​,​ ​una​ ​franquicia​ ​hallando​ ​su​ ​identidad por Esteban Govea

Cuando la súper narcotraficante Poppy (Julianne Moore) agrega un virus letal a todas sus drogas, infectando con él a millones de usuarios, sólo deja al presidente de los Estados Unidos dos alternativas: o legaliza las drogas y asegura que el antídoto llegue a las personas infectadas o, por el contrario, deja que el virus las mate irremediablemente. Luego de colgar la videollamada, el presidente, un tipo con un mal bronceado y un peinado desastroso, exclama ante su Estado Mayor:


“Yo digo que le sigamos la corriente a la mujer y empecemos negociaciones. Pero en realidad, al final dejamos que todos esos enfermos y degenerados junkies se mueran. Esta administración ha ganado la guerra contra las drogas”.


Este es el tono que tiene Kingsman: Círculo Dorado , la segunda entrega en esta serie de filmes dirigidos por Matthew Vaughn ( Ant man ), basados en el cómic Secret Service del guionista Mark Millar y el dibujante Dave Gibbons. Se trata de un filme que toma las convenciones de las películas clásicas de James Bond, les da un giro mediante una tenue parodia, las pone a hornear a la lógica un poco absurda de un cómic, y las adereza con deslumbrantes secuencias de acción.


Luego de una alucinante primera secuencia de acción, Poppy lanza un ataque que pone en predicamento a la agencia Kingsman. Es entonces que Eggsy y Merlin (Mark Strong) se embarcan en una misión que los llevará a encontrarse con
nuevos aliados en la forma de los agentes de Statesman, la contraparte norteamericana de Kingsman. Juntos intentarán echar por tierra el plan de Poppy.

Si la primera película, aunque audaz y sofisticada, adolecía de ciertainseguridad, con las constantes referencias a James Bond y el ocasional guiñometa textual, ésta segunda entrega es bastante más aventurada.
Aunque deshace (no digo más para que no me linchen por dar spoiler )ciertos desarrollos argumentales de la primera, abraza por completo una identidad propia y, al final, el resultado es una película divertida, llena de acción, sí, pero no
carente de escenas sinceras y emotivas, ni de una inolvidable aparición de Elton John como él mismo.

 

 

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Esteban Govea es guionista, entre otras cosas, y tiene un blog (!)
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