Obra cumbre de Jean-Baptiste Poquelin, mejor conocido como Moliére, escrita en 1664 y representada ante la corte de Versalles en el contexto de las fiestas cortesanas.
Encuadramos la obra en el gran siglo francés; marcada por la monarquía del rey Sol: Luis XIV. Además, encontramos una Francia al desarrollo del racionalismo. Es así como, despreciando las formas populares, instaura un arte para las élites, basado en la recuperación de valores clásicos.
Moliére nos expresa la intención de su obra: critica a los falsos devotos, a la hipocresía presentada bajo la apariencia de personas con fuertes valores cristianos y que tienen otros intereses. De este modo, el autor nos pretende crear, a través de las costumbres de la época, un significado moral para erradicar cada uno de los vicios de la sociedad francés de su tiempo.
El devoto era una imagen social muy presente en la Francia del siglo XVII: gozaba de gran influencia en la sociedad, pues se movía en el seno de familias con poder político y económico con la intención de asesorarlos en la conservación de las costumbres.
Desde un principio, Tartufo hace ver al lector su falsedad, pero asiste asombrado a la gran influencia que ejerce sobre Orgón y su madre, que llega a extremos interesantes.
Es un personaje que representa un papel en la casa, que se ve descubierto por la atracción que siente y no controla hacia Elmira. Se muestra su verdadera personalidad: sensual, amante de la bebida y las mujeres, que solo busca su propio provecho sin importarle ningún valor moral. En el momento oportuno, se desenmascara y actúa con dureza ante la familia.
La obra de Moliére plantea una única acción: la situación creada en la familia por la presencia de Tartufo en ella. Pero, aun habiendo elementos cómicos, en otras escenas el lector no tiene ganas de reír; como en la que Orgón obliga a su hija a aceptar la boda y en la que expulsa a su hijo de su casa, desheredándolo.
La comedia y crítica de un comportamiento socialmente peligroso: estos son los elementos con los que juega Moliére. La obra usa una estructura funcional, breve y sencilla.
El autor busca que los diálogos de los personajes sean adecuados a su condición social, consiguiendo una verosimilitud. Obra polémica para su época, reconocida por el retrato de la condición social de su tiempo.