Durante estos últimos años hemos visto una tendencia en el ámbito de los videojuegos que no es otra más que la de incluir un battle royale en todas las entregas de los videojuegos que han salido en los recientes años. Pero antes que nada, hay que explicar qué es un battle royale para aquellos que no estén familiarizados con este término. Este concepto surge con la novela homónima japonesa en el año de 1999, la cual nos presenta un concepto del último hombre en pie, idea que luego sería adaptada y modificada en los videojuegos, los cuales adicionaron un campo de juego que se va reduciendo con el paso del tiempo, además del salto en paracaídas o caída libre al principio de la partida y adicional la recolección de objetos para alargar tu supervivencia como armas, municiones, escudos, medicinas y un sinfín de cosas más.
Este modo de juego está inspirado en Minecraft: Juegos del hambre y en un Mod de Arma 2 como principales pioneros del género; ellos fueron los primeros en experimentar con ese tipo de jugabilidad, pero no fue hasta 2017 cuando todo estallaría de una manera tan exorbitante que se volvería un fenómeno mundial.
PlayerUnknown’s Battlegrounds, mejor conocido como PUBG por sus siglas en inglés, es el que en el año de 2017 inició todo este fenómeno, al ser el primer battle royale en forma como tal. Fue el pionero de este fenómeno haciendo que las empresas al ver el éxito en ventas del juego, quisieran copiar la fórmula del éxito, y cómo no querer hacerlo si PUBG consiguió el aproximado de 700 millones de dólares en su año de lanzamiento. Esto generó que Epic Games, una empresa norteamericana, incluyera en su juego Fornite un modo battle royale, siendo solo el principio de la tormenta.
Epic Games saca a mediados de 2017 su modo battle royale en su “nuevo” juego Fornite el cual generó un agrado y aceptación mayor entre el público, a pesar de que PUBG contaba con mecánicas que refrescaban el mercado de los videojuegos. Hay que admitir que Fornite con sus mecánicas de construcción cambió por completo el mapa de juego ya que esto daba un aire de renovación por completo al de por si relativamente nuevo género. Durante todo 2017 PUBG era el juego que todos querían jugar, pero debido a su limitante de que solo podía ser jugado en computadora, generó una gran limitante que trataron de resolver pero tardaron demasiado; Fornite tomó ventaja al poder ser jugado en varias plataformas como PC, Xbox y PlayStation 4, tener unas mecánicas de juego más sencillas y menos tácticas, y sus gráficos alegres para la vista además del gran acierto de reinventarse cada poco agregando nuevos objetos que cambiaran el modo de jugar, lograron derrocar al gigante y convertirse en el nuevo rey del battle royale.
Durante todo 2018 y hasta la fecha de publicación de este articulo, Fornite es el rey de los battle royale y nadie ha podido derrocarlo, ya que fue el que generó que este modo de juego se volviera un fenómeno mundial al tener más de 8.3 millones de jugadores recurrentes durante 2018. Es así que al ver el éxito de estos dos juegos, todas las empresas buscan copiar la fórmula del milagro queriendo incluir un modo battle royale en sus juegos, lo que ha generado que veamos battle royale hasta en la sopa, y eso nos hace preguntarnos ¿hasta cuándo se va a ver esta tendencia? ¿esto cambiará los videojuegos? No nos queda más que esperar y rezar que las empresas empiecen a innovar de nuevo y que no solo sea un copiar y pegar más un plus con otra mecánica que “cambie” el juego.